Cap 22

151 15 0
                                    

. Una princesa entre tinieblas .

De: Priss

Capítulo XXII: Ayuda para un hijo.

============================================================

Ya sabían que era inevitable, tan solo cuestión de tiempo. Y sin embargo, sin embargo. . .

~ Ichigo !.

Rukia se aferró al pelinaranja, asustada; simplemente no quería separarse de él, además, la amenaza de su madre. . .

~ Está bien, enana, no será por mucho tiempo.

Le susurró él, acariciando sus oscuros y suaves cabellos.

Menos mal que la chica no podía ver la fingida sonrisa que el muchacho le dedicó, pero sí podía escuchar su voz apagada que le hacía entender que esta vez las cosas no iban a estar bien.

~ Quítale las manos de encima, ¡ no quiero que la toques, delincuente !. -Shirayuki no se reprimió y gritó histérica, apresurándose a apartar a esos dos.- ~ Rukia, ¡ nos vamos !.

Ichigo apretó los dientes cuando la mujer alejó a Rukia de su lado. No podía evitarlo, detestaba a esa mujer, más no era porque ella parecía no cansarse de insultarlo, sino más bien porque lo único que Shirayuki hacía era lastimar a su propia hija. Tal vez ella no se daba cuenta de ello. . .

"Lo hace a conciencia, tal vez hasta lo disfruta."

Pensaba el muchacho, mientras, sin poder hacer nada, veía cómo se llevaban a su esposa. Shirayuki se giró para enfrentar al mayor de los gemelos.

~ Ya estarás contento, mi matrimonio está hecho pedazos y mi hija me odia. ¡ Eres un maldito !.

El pelinaranja sonrió con ironía, luego comenzó a reír a carcajadas, burlándose de la mujer. ¿Cómo podía ser tan descarada?, ella era la única culpable, le constaba que la muy hipócrita chantajeó a su padre, exigiéndole el divorcio con tal de alejar a Rukia de él.

Además, Ichigo tenía la leve sospecha de que Shirayuki tenía la culpa de que Rukia siguiese viviendo en las sombras.

~ Pero ya no podrás acercarte a mi niña. -Decía la mujer, mirándolo sonriente, complacida de que el chico estuviese tras aquellos barrotes de acero, al menos temporalmente.- ~ Cuando salgas de aquí, ella estará lejos, casada con un caballero que le dará todo.

Los ojos de Kurosaki se destiñeron. Si lo que esa mujer decía era cierto, entonces. . .

No, Ichigo ya había escuchado, por su padre, que esa mujer quería forzar a su hija a casarse con un hombre que podría ser su padre, el mejor postor en pocas palabras. El pelinaranja apretó los dientes.

~ No te atrevas.

~ ¡ No me hables así, niño imbécil !. ¿Pensabas que me quitarías a mi niña?, pues no lo permitiré.

~ ¿Y por eso se la entregarás a un anciano que abusará de ella y que no la ama como yo la amo?. Eres una. . .

~ No pienso seguir escuchándote.

Tras estas palabras, Shirayuki dio media vuelta, dispuesta a largarse y no volver a ver a ese muchacho.

Ichigo solo pudo quedarse con el coraje, la rabia y la preocupación. Estaba detenido sin poder hacer nada más que precipitar sus puños contra la pared por tanta frustración. Mientras su  enana sería entregada a un desconocido, no, no podía permitir eso, él la amaba, además. . .

Una princesa entre tinieblas (versión Bleach)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora