Capítulo Cinco

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Presente

-La esperanza es como una luciérnaga en medio de la noche.
La acción más preciada, hoy y siempre: ser esa luciérnaga que alguien necesita; llenar de fe y amor el corazón de aquellas personas que no logran ver ni el más mínimo destello mientras se sumergen en la oscuridad.
Por favor, regalen sonrisas y amabilidad, regalen apoyo y paciencia, que de odio ya tiene demasiado el mundo, nunca saben cuántas vidas pueden salvar transmitiendo paz.
Si necesitan ayuda, no duden en pedírnosla, la línea de apoyo está a su disposición.
El número es sencillo, marquen el 502 y podremos escucharlos.
Esto ha sido todo por el programa de hoy, nos sintonizamos por aquí el próximo miércoles a la misma hora. Deseo sinceramente que continúen teniendo un bonito día y una buena semana; y si algo falla, aquí estaremos.
Recuerden que vivir en un infierno puede servir de inspiración para crear nuestro propio cielo -tomé un poco de aire para poder continuar -Los dejo con "Cuando nadie ve" de Morat para despedirnos el día de hoy. Hasta la próxima, mis estrellas.

Procedí a colocar la canción para luego recoger mis cosas.

-Hey Nik, ¿Qué tal el programa de hoy? -saludó Matt instalándose en la cabina de la radio para empezar con su programa.

-Hola Matt, conmovedor como siempre -le sonreí -espero tengas un buen programa, nos vemos luego.

Colgué mi mochila a mis espaldas y me encaminé al departamento que comparto con Ally.

Después del incidente me acogieron en una casa de refugio, donde conocí muchas realidades de personas que habían sufrido incluso más que yo.
Llegar a ese lugar fue mágico, como si el universo me hubiera escuchado, ya que mis deseos de encontrar a alguien que me ayude en esos momentos, se hicieron realidad.
Estuve rodeado de amabilidad y buena onda, me brindaron comida, estudios y un lugar que se convirtió en mi hogar, hasta que cumplí los 18.

Allí conocí a Alanice, una chica bajita de cabello azabache y ojitos de color esmeralda, que huyó de casa porque el padre abusaba de ella y la madre no le creía, es una chica muy valiente y admirable.
Entre risas y llantos se ganó mi cariño, y yo el suyo. Compartimos muchos momentos preciosos y se convirtió en mi hermana, una pequeña que me acompañaba en mis travesuras, aquella que estaba falta de cordura con la misma intensidad que yo. El único apoyo afectivo cercano que tenía, tanto como mi familia. Juntos aprendimos a salir adelante.

Al terminar el colegio, gané una beca para estudiar la carrera que yo quisiera en cualquier universidad de Rougeville, una ciudad bastante alejada de mi lugar de nacimiento, eso debido a mi gran dedicación en los estudios.

Decidí estudiar medicina, porque mi deseo siempre ha sido ayudar a las miles de personas que necesitan atención médica y no tienen los recursos, además de brindar mis servicios para curar tanto física como psicológicamente a quienes lo requieran. Esa fue la misma razón que me impulsó a crear una línea de apoyo telefónico, con apoyo de los dueños de la casa de refugio, para escuchar a las personas que tienen problemas notablemente graves y también a las que han tenido un mal día y desean que alguien los escuche.

Logré convencer a unos amigos médicos, que visitaban con frecuencia mi nuevo hogar, para que brindaran sus servicios gratuitos en favor de todos los que se comunicasen con la línea y requieran ayuda profesional.

Al cumplir los 18 comencé a trabajar medio tiempo en un restaurante de comida rápida, para tener los medios económicos necesarios que me ayuden a mantener activa la línea de apoyo y poder sustentar mi vida diaria.

Una estrella con poco brillo - EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora