🖤Beast Beat •|• 전 정국 •|• Omegaverse🖤

46🖤💜 Aquí y Ahora

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Jungkook

Un suave sonido de respiración me mantenía despierto, en vela. A dos segundos de salir corriendo o morirme ahí mismo.

El día siguiente de nacer los bebés llegó un lobo beta corriendo, un mensajero de la manada Park. Las noticias no fueron buenas.

Tenía mi peludo cuerpo contra la cama, en el suelo, mientras mi cabeza reposaba sobre el colchón.

Mi dulce Omega descansaba, agotada y sangrando, mientras los dos bebés dormían plácidamente, uno agarrado al otro.

Si de algo estaba seguro es que esos dos pequeños serían fuertes. Tan solo debía notar el ligero aroma pelucliar entre sus cueroecitos.

Layla se había encargado de ponerles nombre. Yo tan solo me encargué de cargarlos como un bobo tirata sostiene su más preciado tesoro.

Hanian ligeras diferencias entre ambos, por ejemplo, que uno tenía una peca sobre el labio, al lado derecho, como Layla, y el otro lo tenía bajo el labio, igual que yo, en toda la mirad.

El pequeño con la peca bajo el labio se llamaba Liam. Layla dijo que en irlandés significaba protección firme. El otro enano que llevaba la peca sobre el labio derecho se llama Wyatt. Su madre dijo que provenía del inglés antiguo y significaba fuerza en la guerra.

No se discutí ni los acentos de los nombres.

Wyatt vestía un mono azul mientras que Liam uno amarillo. Ambos dormían en la cama, ocupando mi sitio, ya que lloraban si los dejábamos en sus respectivas cunas.

Y aquí estoy yo, en vela, haciendo guardia mientras pensaba las mil poemas de proteger a mi familia si algo llegaba a salir mal.

- Kokky... - escuché un suave quejido de Layla bajo las sábanas. Enseguida me levanté.

Su dorado brazo se alzó hasta llegar a mi, para luego acariciar mi oscuro pelaje. Su aroma se agitó en la habitación y mis pulmones de inflación al máximo.

- Duerme un poco, amor. Todo va a estar bien. -

Su voz era un analgésico para mí dolor. Completamente embriagador y desintoxicado.

Bajé mi cuerpo hasta el suyo, mientras el pelo desaparecía y mi piel se dejaba ver. Caí junto a ella, rindiendome ante su ser y aceptando su abrazo. Recosté mi cabeza contra su pecho y extendí mi brazo izquierdo para cubrir a los dos bebés sobre la cama, y el derecho para rodear su cintura.

Sus suaves manos acaricisron mi cabeza con tanta delicadeza que me sentí de cristal.

Caí dormido ante aquella mujer.

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- Ni siquiera podemos saber con seguridad si el ataque se producirá. Solamente están advirtiendo lo que vieron. - se quejaba un Beta cuarentón.

- Peor es no hacer nada. - replicó un Alpha joven.

- Estais excediendo vuestras fuerzas en algo que todos ya sabemos como terminará. Proteger y estar listos sin alarmar a la manada, eso sucederá. - habló Yoongi.