❝Cuando montes mi polla, hasta mi nombre vas a deletrear. ❞
✔ Este libro me pertenece completamente.
✔ Smut, Drama, Soft .
✔ Se encuentra aún en editación, por lo cuál los capítulos pueden cambiar debido a los arreglos que se les llevaran acabó.
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Pov's Taehyung
Me había levantado temprano para hacerle el desayuno a Hyejin, hoy era su cumpleaños y quería hacerle algo especial, debido a que había cuarenta las opciones se me limitaron, los restaurantes estaban cerrados y los lugares que normalmente concurramos a celebrar su cumpleaños también lo estaban.
Asique decidí hacer algo más íntimo esta vez, quería llevarla a un lugar donde nunca antes había ido, siempre me gustó hacerla salir de su zona de confort, retar la a hacer cosas nuevas y experimentar nuevas sensaciones, me gustaba volverla niña nuevamente.
Le había preguntado a Jungkook lugares menos concurrentes que hubiese visitado, él mencionó varios pero uno de ellos logró captar mi atención, el estanque Anapji de Gyeongju era un bello sitio el cual debido a la pandemia no era muy concurrido estos días, un lugar perfecto para pasar tiempo a solas y disfrutar de nuestra compañía.
Al terminar el desayuno subí a nuestra habitación y lo puse en la mesita de noche, besé sus mejillas y acaricié su despeinada melena.
— Buenos días osito.
— Buenos días…
— Feliz cumpleaños princesa. — dije mientras besaba sus labios.
— Tae, no me he lavado los dientes. — se quejó mientras trataba de apartarme.
— Eso no importa. — Sonreí. — Además me veo en la obligación de darte cariñitos por la mañana. — hablé a lo que ella solo se limitó a reír mientras frotaba su rostro.
— No inventes excusas, todas las mañanas es lo mismo, me levantas a punta de baba. — sonrió.
— Pero no te quejas. — Sonreí mientras besaba su cuello haciéndola jadear, al separarme note sus mejillas las cuales estaban sonrojadas.
— ¡Tae! No hagas eso… — murmuró.
— ¿Porqué no? Pero si eres mi novia, además estoy en mi derecho de darte toda la baba que quiera.
— Tonto.
— Dejemos la discusión para después nena. — dije mientras le entregaba la bandeja con su comida, para luego sentarme a su lado y comer junto a ella. — Hay que arreglarnos para no llegar tarde.
— ¿A dónde?
— No lo sé, es una sorpresa. — alce mis hombros.
— Ay, no seas así, no me dejes con la intriga. — reprochó con las mejillas llenas.
