119 Sweet Hell | Nomin

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Después de un largo camino teniendo a Jeno balbuceando incoherencias, finalmente aparcaron en el estacionamiento del edificio.

Como lo había hecho anteriormente, Jaemin cargó sobre su espalda a Jeno, ganándose un fuerte dolor por el sobreesfuerzo.

Cuando entró Jaemin se percató que el departamento estaba en silencio, algo sumamente extraño ya que Mark es un bullicioso de primera, ya tenía hastiados a los vecinos en el poco tiempo que tenían de vivir en el edificio. Jaemin pensó que Mark seguramente había ido a la tienda de conveniencia, pero se dio cuenta que estaba equivocado al momento de leer una nota mencionándole que no regresaría por lo menos en una semana; ahora se encontraba completamente solo.

Bueno, no estaba solo. Al menos hasta que Jeno se fuera en la mañana.

Empujó con una patada la puerta de la habitación para que esta se abriera dándole espacio suficiente para dejar a Jeno sobre la cama. Era una madrugada más fría de lo normal puesto que según informes, el invierno se había adelantado; así que buscó en el armario cobijas extras para arropar a Jeno hasta hacerlo un taquito para que no muera de frío.

Inconscientemente de sus labios salió "lindo" y Jaemin se maldijo para sus adentros, se estaba comportando como un estúpido enamorado.

Después de haber entrecerrado con cuidado la puerta para que las luces de la sala no molestaran en la habitación, Jaemin se dirigió a la cocina y empezó a preparar un poco de chocolate caliente para aminorar el impacto del frío clima en su cuerpo.

Se encontraba degustando el sabor del líquido caliente hasta que un fuerte ruido proveniente de la habitación lo sobresaltó y sin más corrió hasta la puerta del baño dejando ver a Jeno arrodillado sobre el inodoro.

—Todo está bien —con sus dedos acariciaba el cabello de Jeno en un intento de tranquilizarlo.

—Jaemin m-me gustas —una fuerte arcada se hizo presente antes de volver dejar salir su estómago.

—¿Qué?

Como si de un zombi se tratase, Jeno enjuagó rápidamente su boca con agua del grifo, posteriormente se hizo bolita en la cama dispuesto a seguir durmiendo.

Aun confundido, pero sin preguntar nada porque sabía que el cerebro de Jeno no conectaría con su boca, Jae regresó a la cocina, tecleó en su celular un mensaje para Mark.

Jaemin

¿Dónde estás? Vi la nota que dejaste.

Pequeño León

No finjas que te importa Jae.

Jaemin

Mark... Por favor dime. ¿Hay algún problema?

¿Estás con YukHei?

No obtenía respuesta de Mark, habían pasado algunos minutos y no respondía, pero antes de dejar el celular en la encimera de la cocina, éste vibró nuevamente dando aviso sobre un mensaje nuevo.

Pequeño León

No. Todo está marchando bien.

Algunas personas tienen el don de leer entre líneas. Mark no acostumbraba a ser así de cortante y menos por chat, de hecho, es el tipo de persona que saca tema de conversación sobre temas random como lo es el origen del universo; por ejemplo, la vez pasada le preguntó si creía que una espora era podría ser capaz de almacenar vida y blah blah. Sin pensarlo demasiado Jaemin sabía que algo andaba mal, así que decidió llamar a Mark, pero el teléfono no fue recogido hasta el cuarto tono de la segunda llamada.