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"rompe mi nariz."

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sus fuertes brazos lo envolvieron en un abrazo como siempre hacía cuando se veían, solo que ahora ya no se sentía como antes, apenas podía soportar que lo tocara.

—¿qué fue lo que pasó? ¿estás bien? ¿quieres contarme? estaba muy preocupado, ¿sabes? no respondiste a ninguna de mis llamadas. —sus grandes manos le inspeccionaron todo el rostro como si estuviera buscando alguna herida y él solo le limitaba a mantener una expresión seria. la manera en la que soltó esas palabras con tanta delicadeza le hizo doler el pecho nuevamente y se preguntó si estaba realmente preocupando o sólo estaba fingiendo. ya no era capaz de diferenciarlo.

—ya lo sé todo. —soltó con frialdad, lo cuál hizo que el castaño dejara de tocarlo.

luego de todo el desastre del día anterior y con un muy preocupado itadori, el pelinegro decidió que sería bueno si lo citaba para poder hablar las cosas, aunque ahora que lo pensaba bien quizá no había sido la mejor idea ya que toda la tristeza que había sentido se había convertido en enojo y todo podía salirse de control.

—¿eh? ¿a qué te refieres con todo? no entiendo. —el castaño estaba confundido y asustado por igual.

—todo, itadori. no te hagas el idiota. —estaba demasiado enojado y al ver cómo el contrario todavía tenía una cara confundida estuvo a punto de explotar. —sé que me estás engañando.

a itadori se le fueron los colores de la cara, abrió sus ojos con sorpresa y notó como el poco brillo que había en ellos desaparecía, se le quedó viendo por unos segundos que se les hicieron eternos, bajó la cabeza y no dijo nada. ya se estaba cansado de esa situación.

—¿no piensas decirme nada? —su ceño no parecía querer relajarse y escupía sus palabras con rabia.

—yo... —se mantuvo otro rato en silencio, megumi estaba perdiendo la paciencia. —lo siento.

el pelinegro se quedó en silencio esperando a que dijera algo más pero viendo claramente que eso no iba a pasar su enojo solo incrementó.

¿lo siento? ¿eso era todo lo que iba a decirle? ¿después de sufrir tanto la noche anterior y haber tenido que convivir todos los días con un mentiroso?

megumi soltó un suspiro pesado y se echó el pelo hacia atrás tratando de contenerse. —¿eso es todo? ¿en serio piensas que con un "lo siento" arreglas todo?

—perdón, yo... —soltó un suspiro y lo miró otra vez a los ojos, lo cuál le envió una corriente eléctrica a todo el cuerpo. —no, no creo que todo lo que te hice se arregle con eso pero... realmente no sé que decirte, no lo merecías, estuve mal.

el pelinegro por más que intentara no lograba entenderlo, inhaló y exhaló un par de veces mientras daba vueltas en su lugar, estaba perdiendo la paciencia. lo observó a los ojos una vez más y unas ganas de llorar se apoderaron de él, aunque no dejó que ninguna gota salada saliera de sus ojos.

imaginarlo con otra persona todavía dolía, pensar en que alguien más además de él disfrutó de su calidez, de sus palabras llenas de cariño, de sus abrazos a los cuales estaba tan acostumbrado, de sentir sus suaves labios pasar por todo su rostro. seguramente disfrutaba de todo lo que había disfrutado él y de lo que lo hizo enamorarse todos los días un poco más, ¿acaso itadori también le dedicaba esas miradas con un brillo mágico a la otra persona? eso le creó otra duda ¿realmente itadori llegó a amarlo? ¿o fue toda una mentira?

sus sentimientos estaban a flor de pie y por todo el enojo que sentía no pudo contenerse más.

para cuando volvió a la tierra y fue consciente de dónde estaba parado, itadori ya estaba tirado en el piso con una de sus manos cubriendo su nariz que se estaba llenando de sangre, varias gotas manchaban su ropa y caían al suelo, no se dió cuenta de la fuerza que usó y probablemente le había roto la nariz. no tardó mucho en arrepentirse pero no hizo nada para ayudarlo.

—me hiciste un favor, me lo merecía. —en eso ambos podían estar de acuerdo.

ver cómo se quejaba del dolor sólo le causaba más lástima por lo que luego de pensarlo unos segundos le ayudó a levantarse y fue en busca de su botiquín de primeros auxilios, iba a curarlo pero no iba a disculparse por lo que hizo, sentía un peso menos de encima aunque no volvería a hacerlo.

con lo necesario entre sus brazos se acercó a su rostro comenzando a detener el sangrado con su mano derecha, mientras que con la izquierda sostenía un pequeño algodón húmedo que se encargaba de limpiar su rostro lo máximo que podía.

estaban tan cerca que sus manos habían comenzando a temblar de lo nervioso que se había puesto, no quería verse así frente a él después de lo que pasó. itadori se dió cuenta de eso y sostuvo sus muñecas, parando toda acción que estuviera haciendo, ya era suficiente y se lo hizo saber con su mirada. el pelinegro por fin pudo alejarse y respirar normal otra vez.

—sé que estás enojado y que te estás conteniendo muchas cosas, ese golpe no fue nada, megumi. dime lo que merezco escuchar... por favor. —odiaba lo bien que lo conocía.

negó levemente con la cabeza mientras cerraba sus ojos con fuerza y sus manos apretaban con fuerza su pantalón, dejando que unas cuantas lágrimas cayeran de sus ojos al no ser capaz de decirle un simple "hazme un favor y vete a la mierda". lo había amado más que nadie y aún así no había nada en el mundo que le hiciera sentir mejor, nada de lo que le dijera iba a repararle su corazón roto ni le devolvería toda esa felicidad que sintió y todo el amor que le entregó, y probablemente por el enojo solo escupiría mentiras de las que luego se arrepentiría.

el castaño entendió todo a la perfección. ya no quería seguir molestándolo con su presencia, sabía lo alterado que estaba y que necesitaba espacio, verlo en ese estado solo lo estaba lastimando. a pesar de que sabía que no tenía derecho alguno de sentirse así.

—supongo que eso significa que ya no estamos saliendo, ¿cierto? —soltó una risa que le hizo fruncir el ceño al de ojos azules y en ese momento deseó golpearlo nuevamente.

do me a favour | itafushi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora