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"el comienzo del final."

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megumi podía ser bastante inseguro sobre varias cosas, pero nunca se vio en la necesidad de serlo acerca de su relación con itadori.

al principio tuvieron varias complicaciones tratando de aclarar sus sentimientos hacia el otro, pero al final y gracias a la ayuda de sus amigos, habían podido decirse las cosas en la cara y desde ese momento estaban en una relación.

si bien el pelinegro no era experto en esos temas, siempre trataba de demostrar sus sentimientos más en acciones que en palabras, que era lo contrario de itadori.

todos los días junto a él se sentían como un sueño, se había sentido amado, había experimentado y disfrutado de muchísimas cosas nuevas. por primera vez en su vida logró descubrir y sentir lo que era el amor, el dar y recibir a igual medida, el como se sentía que su corazón se llenara de pura felicidad y su estómago se inundara de pequeños insectos voladores que lo hacían sonreír y le daban cosquillas.

todavía le avergonzaba el como la palabra novio se oía en su mente y aún más en cómo salía de sus labios, aunque le gustaba bastante escucharla ya que se sentía como una cálida acaricia, pensar en itadori de esa manera todavía le ponía algo tímido aunque tratara de que no se notara.

ambos se habían ayudado mucho mutuamente, estuvieron para el otro en todo momento y siempre trataban de que el otro se sintiera mejor aunque sea con pequeñas acciones. no se atrevía a decir que su relación era la mejor, todavía tenían cosas que mejorar pero estaban felices de esa manera sintiéndose cálidos en los brazos del contrario.

fue en una tarde lluviosa de invierno, en donde ambos estaban acostados abrazándose con la máxima cantidad de mantas que encontraron encima y cubiertos hasta el cuello, que megumi se dio cuenta de que había algo "raro". había estado tan concentrado en ver las gotas deslizarse por el vidrio de la ventana a su derecha que no se dio cuenta de las reacciones que estaba teniendo su pareja.

itadori estaba más interesado en su celular hablando con alguien que en darle el calor que le estaba dando hace unos minutos, se había separado un poco de su cuerpo y al principio no le dio importancia, pero con el pasar del tiempo se ponía cada vez más sonriente y vio en sus ojos un brillo que no supo reconocer y se comenzó a sentir un poco incómodo. el castaño nunca le había dado razones para ponerse celoso o sentirse inseguro y no quería ponerse así por lo que, seguramente, sería una tontería. muchos podían pensar que se sentía mal al enterarse que era bisexual y todavía tenía algunos pósters pegados de chicas en sus paredes, pero él no le encontraba sentido a eso, lo conocía mejor que nadie y eso no le afectaba en lo más mínimo porque sabía que lo amaba, y no necesitaba más que eso.

simplemente se dispuso a acercarse otra vez a su cuerpo y enterrar su cara en su cuello, aspirando ese tan conocido olor suyo mezclado con el olor de las galletas que habían horneado hace unas horas y las cuales les habían salido bastante deformes. escuchó a itadori soltar una pequeña risita, sabía que le estaba dando cosquillas con su desordenado cabello y no pudo evitar poner una pequeña sonrisa en sus labios contra la piel de su novio, lo cuál le hizo soltar otra risita.

—¿con quién hablas? —dejó de esconderse en su cuello y se apoyó en su hombro, había agarrado el valor para preguntarle.

itadori lo observó unos segundos y luego la desvío para otro lugar de la habitación, estaba tardando bastante en responder. —con unos amigos del instituto, estamos planeando juntarnos en unos días.

estaban en vacaciones de invierno, por lo cuál era normal que quisieran juntarse antes de volver a ese infierno de libros y exámenes. se limitó a asentir para luego cerrar sus ojos y acomodarse una última vez entre las mantas y el cálido cuerpo del contrario, estaba cansado y con ganas de dormir mientras escuchaba la lluvia seguir cayendo.

sintió como itadori lo abrazaba un poco más fuerte y unos suaves labios un poco más gruesos que los suyos le depositaban diminutos besos en sus párpados, sabía la pequeña obsesión que tenía con sus largas y oscuras pestañas.

—te amo.

megumi confiaba en su novio, y no iba a dejar de hacerlo solo por algo que muy probablemente era solo su imaginación. esa tarde estaba siendo perfecta y solo quería descansar al lado de la persona que amaba mientras dejaba que ese suave susurro se quedara en su corazón.

do me a favour | itafushi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora