En el 2020 (hasta junio) se registraron 47,616 denuncias por cuestiones de género en la República Dominicana.
Caribe y Sammy tuvieron una larga charla sobre lo sucedido. Ninguna sabía ponerle nombre al acto sexual. No había sido violación, Caribe había exagerado. Ella nunca había dicho que no y además estaba ebria. Sabía que en parte era su culpa, pero Lagos era tan culpable como ella.
La reputación de Lagos consistía en acostarse con al menos una chica por fiesta. Habían muchos rumores de las chicas que lo hacían. Algunas iban con él por voluntad propia y otras estaban tan ebrias que ni lo recordaban. Lagos y su mejor amigo Cairo eran el dúo mujeriego clásico en cualquier preparatoria. Todas las chicas que salieron con ellos creían ser suficientes para cambiarlos, pero en realidad no era así. Ninguno había tenido la misma novia por más de un mes.
Caribe no era nadie para juzgar. A ella también le gustaba salir con varios chicos y no mantenía las relaciones serias. Lagos no le había arrebatado su primera vez, no obstante, Caribe sentía que le había arrebatado algo. Nunca antes había tenido sexo estando ebria, nunca antes se había sentido extraña después del sexo y nunca antes se había sentido tan molesta después del sexo.
Conforme pasaron las horas, Caribe fue recordando más detalles de la fiesta y de lo que sucedió después. Aún seguía al teléfono con Sammy y le contaba cada aspecto que llegaba a su memoria. Sus padres habían ido de compras, por lo que se encontraba sola en la casa.
—¿Y qué harás al respecto? —preguntó finalmente Sammy.
Caribe suspiró. Estaba en la bañera, intentando relajarse, aunque de poco servía. Algo sobre Lagos la mantenía inquieta. ¿Cómo había sido tan estúpida para confiar en él?
—No lo sé —confesó—. ¿Tú qué harías en mi lugar?
Se escucharon algunos ruidos del otro lado del teléfono. Caribe sabía que su amiga estaba cocinando algo, ya eran cerca de las tres de la tarde. Tan solo de pensar en comida le daban náuseas. No sabía qué estaba sucediendo con ella.
—Yo... tampoco sé —confesó de vuelta. —Supongo que nada. Es decir, es solo sexo. No cuenta si no quieres que cuente. No fue tu primera vez, Caribe. Tal vez no fue la más placentera, pero... no es como que Lagos lo supiera. A la próxima no bebas tanto, ¿de acuerdo?
Caribe asintió a pesar de que sabía que Sammy no la veía. Suponía que tenía razón. El sexo no debía impactar en su vida si ella no lo permitía. Sencillo.
—¿Tanny ya despertó? —inquirió con un bostezo.
—Nah. —Sammy rio. —Se durmió hasta las cuatro de la mañana mensajeando con Cairo. Despertará como en un par de horas.
—¿Podrías... no decirle? —pidió Caribe con algo de vergüenza. —Lo último que quiero es la mirada de lástima que seguramente me dará cuando nos veamos mañana. Además, Tanny vive en su mundo feliz, ya sabes, siendo virgen. Aún salta cuando alguien pronuncia la palabra "sexo" —se burló Caribe con una sonrisa.
Tanny era una chica muy inocente. Angelical incluso. Ella deseaba "guardar su flor" hasta el matrimonio y creía en la existencia de los príncipes azules. Sammy y Caribe solían bromear mucho con eso, se les hacía ridícula la forma de pensar de su amiga. Por supuesto, la querían y apoyaban, pero les gustaba burlarse de su inocencia.
—De acuerdo —accedió Sammy. Se escuchó plato haciéndose trizas. —Ups. Tengo que irme. ¿Estarás bien?
—Sí, no te preocupes —mintió.
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El Club de las Culpables
Ficção AdolescenteCaribe se embriagó y alguien tuvo sexo con ella en ese estado, sin su consentimiento. Pero ella tenía la culpa, ¿para qué se embriagó? Delhi sufría de acoso constantemente. Pero ella tenía la culpa, ¿para qué usaba faldas cortas? Kinsasa descubrió q...