filthy

CAPITULO 34

lucille granger

"Narcissa tenía razón", sobresalió la sanadora, mientras yo miraba hacia la nada.

Olía a alcohol isopropílico en esta habitación con poca luz. El pitido del monitor de frecuencia cardíaca fue irritante. Me quería ir. Ya sabía lo que pasó. Me quería ir.

"La angustia emocional fue la causa del aborto espontáneo, Sra. Granger", dijo.

Luna agarró mi mano con fuerza, parándose a mi lado mientras yo estaba aquí vulnerable y derrotada. Podía sentir sus ojos sobre mí, aunque no quería mirar atrás. No quería mirar a ningún lado. Solo quería cerrar los ojos. Desaparezca, si puede. Los gritos ahogados de Narcissa se podían escuchar a kilómetros de distancia. Ya no estaba embarazada, pero los sentidos intensificados permanecieron. No por mucho tiempo. Estrés emocional. No tenía sentido, pero tenía todo el sentido del mundo.

"Están afuera, Lucille," murmuró Luna, "Los chicos están afuera. ¿Los quieres aquí?"

"No."

No dudé en responder. No quería a nadie cerca de mí. Solo Narcissa y Luna. Lorenzo no. No Blaise. Ni siquiera Draco.

"Vamos a sacar el feto en una hora", dijo el curandero mientras rascaba cosas de su portapapeles con su pluma, "Hasta ahora, le recomendamos que descanse un poco".

No tienes que decírmelo dos veces; Quiero descansar ahora mismo. De hecho, quiero descansar y no despertar nunca.

"Descansa un poco, querida. ¿De acuerdo?"

Narcissa habló con su voz temblorosa. Ni siquiera podía llorar más. Ni siquiera pude reaccionar de la forma en que quería reaccionar.

"Estaré fuera", dijo Narcissa, mientras salía, en la que soltó más lágrimas. Resoplé.

"¿Quieres que me quede contigo?"

Luna arrulló, mientras metía mi cabello detrás de mi oreja.

"No es necesario", dije, "Gracias".

Luna me dio una mirada severa antes de alejarse y salir de la habitación. San Mungo fue terrible. Suele venir aquí a morir. O eso es lo que escuché mientras crecía.

"No, eso es una mierda. ¡Joder, déjame entrar!" Una voz familiar desde fuera de la habitación sonó en mis oídos, "Necesito verla, ¡déjame verla!"

Y con eso, mi puerta se abrió de golpe. El chico de cabello rubio platino se mantuvo erguido con su labio tembloroso y expresión facial defectuosa. Sus ojos estaban llenos de pavor; lástima, incluso. No pude evitar mirar atrás. Mientras su labio temblaba, se arrastró más cerca. Draco estaba temblando, pero era inaudible, él y yo lo mismo. Luego las lágrimas cayeron rodando. Agarró mi mano con fuerza y ​​la llevó a sus labios, y la besó a través de las lágrimas que derramó incontrolablemente. Draco estaba temblando. No sentí nada. No pude.

"Lucille", suspiró, "lamento mucho que esto te esté pasando a ti ... A nosotros".

Draco sollozó mientras tomaba asiento a mi lado. ¿Pero realmente te está pasando a ti?

"Te amo, Luce", balbuceó, "te amo tanto".

Draco bajó a mi cabeza y me dio un cálido beso en la frente.

"Estarás bien, ¿de acuerdo?"

''Um-''.

''Lo harás, sí.''

''YO-.''

''Estaré aquí a su lado."

La seguridad de Draco era seguramente necesaria. Y realmente lo aprecié. Solo necesitaba silencio ahora. El sanador regresó a mi habitación.