CAPITULO 36

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lucille granger

Me hicieron quedarme en lo más alto de la madriguera. Una habitación de invitados, si se puede. Era mejor que las grandes cámaras frigoríficas de la mansión. En este momento, cualquier cosa era mejor que la gran mansión fría. Cualquier cosa era mejor que Draco, ahora mismo. Ayer se sintió borroso. Aunque recuerdo cada segundo de eso. Nunca había experimentado un dolor como este. Nunca. ¿Cómo me recupero de esto? Perdí mi mejor amigo. Perdí a mi bebé. Perdí a Draco. Ahora realmente siento que me estoy perdiendo.

"¿Lucille?"

Una voz se entromete en mis pensamientos. Me doy la vuelta y veo a George junto a la entrada con un plato de comida.

"Te traje gofres."

Me senté y resoplé.

"Gracias, George", murmuré.

"Hermoine insistió en que te dieran tres waffles", agregó.

Me entregó el plato y le sonreí.

"Si no puedes terminarlo, estaré más que feliz de hacerlo por ti". Él rió.

Yo también lo hice. En realidad, fue una reacción automática.

"¿Te importa si me siento aquí?"

Preguntó, señalando el borde de la cama en la que estoy.

"Para nada, adelante".

Mientras se sentaba en la cama, el plato en mi mano tembló.

"Lamento tu pérdida", murmuró, mirando al suelo con ambas manos en los bolsillos.

"Y lo siento por el tuyo", respondí.

"Ah, está mejor sin mí", se rió George, aunque era más un mecanismo de supervivencia.

Estaba en silencio. Pero su presencia era reconfortante. Hermoine irrumpió sin aliento.

"Nunca me acostumbraré a esas malditas escaleras", jadeó.

Mientras se componía, se sentó en el futón negro frente a George y yo.

"¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo?"

Hermoine sondeó, nervioso y desenfocado.

"Um-. No ahora mismo-. Todavía no."

"Está bien", murmuró.

Silencio, mientras me comía los waffles. Ron irrumpió, sin aliento.

"Maldita sea", jadeó, mientras tomaba asiento junto a Hermoine, "¿Qué estamos haciendo todos aquí?"

"Brindando consuelo para la belleza misma", atrajo George, mientras mostraba una sonrisa.

"¿Dónde está Harry?" Preguntó Ron.

"Fuera con Ginny," respondió Hermoine sin dejar de mirarme.

"¿Oh en serio? ¿Haciendo qué?" Él sondeó.

"Pasan mucho tiempo, si me preguntas", agregó George.

"Será mejor que las manos de Harry estén en sus bolsillos ensangrentados-".

"¡Ron!" Hermoine estalló: "¡Silencio!" Silencio. "Luce," suspiró, "lamento ser tan mala contigo-. Yo-. Lo lamento-. Realmente lo hago-."

''Moine, está bien", resoplé, mientras me metía una rebanada de waffle en la boca, "En serio, está bien. Las hermanas serán hermanas".

Ella suspiró de alivio.

"No estás enojado conmigo, ¿verdad?"

Preguntó Hermoine, mientras desenredaba su bufanda y la tiraba al suelo.

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