10

5.5K 573 97
                                    








ºO•❤•. 𝕮𝖔𝖓𝖊𝖏𝖎𝖙𝖔 .•❤•Oº



El castañito estaba bajo las cobijas de su cómoda y mullida cama, dejando simplemente una pequeña porción de su carita a la vista mientras JiMin acariciaba su cabello con cariño.

— Hyung, ¿es malo ser un híbrido? — Preguntó con sus ojitos llenos de desilusión.

JiMin sintió que su corazón se apretujó en su pecho, apachurro al menor entre sus brazos como una oruga debido a sus mantas y negó.

— Eres increíble, Kookie. Nunca creas lo contrario, ¿si? No hay nada de malo en ser diferente, eso nos hace especiales.

JungKook sonrió levemente.

— Suenas como Namjoon Hyung.

JiMin abrió su boca indignado, debido a que ambos no eran "los mejores amigos del universo." Y, casi la mayor parte del tiempo discutían por cosas tontas.

— Kookie, entiendo que te sientas mal pero si me comparas de nuevo con él, juro patear tu culo y dejarte en el suelo.

El castañito rió, hundiéndose en el pecho de su mejor amigo y dejándose llenar de su calor.

— NamJoon Hyung no es malo, Jiminnie. Deberías darle una oportunidad y conocerse. — Opinó, bostezando y cerrando sus ojitos.

JiMin no dijo nada, sólo apoyó su cabeza en el respaldo de la cama y cerró sus ojos, sabiendo que el menor se dormiría entre sus brazos.

O ese era el plan hasta que el golpeteo en la puerta de entrada no dejaba de molestar a ambos.

— Iré a ver quién es. — Avisó el pelirosa y JungKook asintió.

Jimin al abrir la puerta quiso cerrarla de inmediato, pero las manos de Taehyung impidieron su accionar.

— Espera, por favor. — Pidió el azabache. — Ustedes tenían razón, yo... fui un idiota; pero no quiero perderlo.

El pelirosa dudó, miró duramente al azabache y luego de creer ver buenas intenciones en sus ojos, se hizo a un lado, dejándolo pasar.
Para suerte de Tae, ambos chicos se encontraban solos. Y, es suerte porque el azabache no sabría cómo comportarse ante la familia del castañito. JungKook conocía a sus padres pero nunca había invitado a Tae a hacer lo mismo con los suyos, por lo que sería incómodo.

Tae subió hacía la habitación del menor, sintiendo la mirada de Jimin en su nuca. Intentó relajarse pero no lo logró.

La puerta estaba abierta así que decidió entrar sin llamar, desde la puerta pudo ver el lío de cobijas en que se había convertido el menor.

— ¿Quién era, Minnie? — Preguntó el menor al oír los pasos, sin moverse de su cómoda posición.

— No soy JiMin. — Dijo el mayor, sintiendo que le faltaba aire. ¿Por qué estaba tan nervioso?

JungKook se sentó en su cama al oír la voz de su Hyung, esa voz grave y suave que lograba ponerlo nervioso.
Lo primero que observó Tae fueron los ojitos hinchados del menor, sintiéndose terrible por saber que hizo llorar a su castaño especial, a su bebé.

— Lo siento. — Dijeron ambos al mismo tiempo.

Tae negó.

— No debes pedir disculpas, el único culpable aquí soy yo, JungKook. — Suspiró, acercándose a la cama y sentándose frente a su menor. — Si no hago esto ahora me arrepentiré toda mi vida, antes quiero pedirte perdón... por lo que estoy a punto de confesar.

|Conejito| ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora