Capítulo 8

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El idiota de Alfirce llego justo cuando iba a comenzar, ¡no pudo haberse tardado más para no ver su rostro!, y me dejara tener una audiencia tranquila, bueno al menos hacia bien su trabajo, si tan solo no fuera tan ambicioso, ¡todo sería perfecto!

Uno de los temas que se tomó es la desaparición de niños de entre 5 -10 años, había aumentado considerablemente estos días, antes eran 1 o 2 niños cada cierto mes, pero aún no podían dar con las personas que realizaban esto. El Duque está encargado de esto, pero aún no tenía resultados favorables. ¿Cómo era posible?, ¡eran unos simples ladrones!, ahora en menos de una semana ya había 12 niños, estos malditos, querían ser asesinados, cuando los atrapara se iban a arrepentir.

- ¿Qué ha estado haciendo? - le dije

- Disculpe majestad no le entiendo- ahora se hace idiota

- No he visto resultados de esta investigación, desde la última audiencia, y ahora más niños han desaparecido, ¿Qué harás al respecto? - esta era una buena oportunidad para ponerlo en su lugar, y siguiera ladrando

- Ma...Majestad ¡acaso quiere que me haga responsable! Soy su... -antes que dijera algo lo interrumpí

- No me interesa lo que seas, están encargado de lo que sucede, debes de responder, no estas tomando tu trabajo enserio- dije sonriéndole- pero soy alguien benevolente si para la otra audiencia no me tienes a los hombres, tendré que tomar medidas- sentencie

- Majestad no creo que es muy pronto – dijo tratando de buscar ayuda mirando a los demás

- Yo creo...- levante mi mano callándolo-

- Bueno ya que quieres interferir porque no lo ayudas y recibes mi sentencia si no lo logran – haber levanten la mano y apóyenlo

- No, yo no quise... como diga Majestad-

- Bueno perfecto ya que tendremos a dos altos nobles en esto espero que para la próxima me tengan a los culpables- con esto terminamos este tema, y vimos otros puntos de esta reunión junto con el festival, y la próxima llegada de los embajadores de Atlanta que sería en unos meses.

Bien ahora solo tendría que terminar unos documentos y seria libre, mañana le daría la sorpresa a mi pequeña princesa, de seguro estaría triste hoy, pero se lo recompensaré. Pero primero tenia que comer algo moriré, y no terminaré.

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Me estiré en mi silla, estaba tan cansada, pero ¡por fin acabé!, ¿Qué hora era?, estaba sorprendida casi era la hora de té. Sali de mi oficina dirigiéndome hacia donde papá, ¡Qué tal si buscaba a papá!, hace mucho no lo hacía, desde un tiempo para acá, Amaré y él eran los que me buscaban ahora, yo iré antes, quería disculparme con él por como lo trate, había sido injusta, el no tenía que ver con mis problemas, el siempre buscaba que fuera feliz.

Llegue a su habitación y no contesto nadie, ¿acaso estaba con Amaré? ¿Aún sigue triste?, decidí entrar para comprobar que no estuviera en su habitación, pero no había nadie. Hasta que vi su sofá, y allí estaba dormido. Nunca cambiaria, a pesar de los años aún seguía durmiendo en el incomodo sofá, me acerque y lo mire detenidamente.

Como habían pasado los años, pero papá seguía igual, brillando más, toque sus cabellos dorados iguales a los míos, no entendía cómo podía tener el cabello tan suave, ¡yo tenia que hacer tratamiento de horas! Y el nada. estaba tan absorta en mis pensamientos que no vi que papá abrió sus ojos y estaba mirándome.

IndecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora