Capítulo 3

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Sentí la luz, ¿Quién dejo las malditas cortinas abiertas?, Mierda, me levante sobresaltada, recordando que aun esta en la oficina, y aun había documentos. No sabia en que momento me quede dormida, pero me sentía muy mal por ella, espero que comprenda.

Tal vez si seguía mañana seguro podría tomarme toda la tarde libre, podría recompensárselo. Con eso en mente decidí a tomar una ducha para ir a desayunar con Amaré por lo menos, era algo que no podía perderme.

Al llegar al comedor solo estaba, Kiel y Amare, y por lo que veía aun no empezaban, creo que me estaban esperando.

- Mami como dormiste- dijo con su cara sonriente, espero que aun la conserve antes de poder decir eso fui interrumpida

-También, me gustaría saber eso- supongo que aun estaba molesto por lo de anoche. Porque es tan rencoroso, podría olvidarlo y ya.

- Mmm Bien- hice una pausa no sabía como decirle esto sin lastimarla- Lo siento Amaré no podré estar contigo hoy, pero mañana seguro...-

-Siempre es lo mismo, Mami- mire a Kiel, esperaba que me ayudara, pero solo estaba callado, ¿enserio ni quieras me ayudarías en esto?, giro su cara, que maldito, enserio te quisiera golpear, no te cuesta nada intervenir, aunque estés molesto conmigo deberías de poner primero a nuestra hija, pero creo que escucho mis desplantes interiores, suspiro y dijo.

- ¿Qué tal si pasas tiempo con papá?, podemos jugar o ir de paseo- dije en tono suave, cuando hacia eso recordaba porque ella llamado carisma suave.

-No quiero- se levantó de la mesa y se fue corriendo. Me dolía no poder estar con ella, pero tenía demasiado trabajo.

-Amaré- dije levantándola voz, pero ella no se detuvo, las sirvientas empezaron a murmurar, ¿enserio? aún estamos aquí podrían esperarse, quería ir detrás de Amare, pero Kiel me tomo la mano antes de levantarme de la mesa, lo mire interrogante.

-Cariño deberías de tomarte unas horas, ella necesita que pases tiempo, como antes lo hacían, antes eran muy unidas-

No tenía que decirme eso, lo sabía muy bien, antes era tan diferente, pero ahora soy Emperatriz y tengo más responsabilidades y me estoy adaptando, después de todo no tengo mucho tiempo con la corona, es cuestión que tome el ritmo ¿verdad? Estaba tan cansada de que nuestras únicas conversaciones se relacionaron con esto.

-Lo sé, pero tengo mucho que hacer- dije tomando mi tenedor y encajándolo en un trozo de fruta

-Sabes que puedo ayudarte- ya estaba odiaba que dijera eso, me hacía sentir que no era capaz de llevar el puesto de emperatriz a lo mejor soy injusta, pero ver su cara tranquila me sentía incomoda. ¿Era normal?

Suspire y retire su mano - Kiel ya te he dicho muchas veces, y te lo vuelvo a decir como lo dije anoche, puedo hacerlo sola, no necesito la ayuda de nadie- no se si soné muy dura, pero es como me sentía, pero su mirada dulce cambio, y se convirtió en una tormenta de disgusto.

-PUES NO PARECE YO... solo quiero ayudarte - dijo levantando la voz, estaba sorprendida, el jamás había levantado la voz, siempre mantenía la compostura.

- ¿Que te sucede?, a quien crees que le levantas la voz- creo que lo estoy empeorando, pero no podía dejar pasar esto.

- Lo siento yo... Athanasia- dijo tratando de tomarme de la mano una vez más, pero yo no quería, aparte mi mano.

- Espero que no se repita- dije levantándome- porque no sé qué haría si lo vuelves hacer- dije advirtiéndole, no podía permitir que rumores se crearan y pusieran en pie mi autoridad, tal vez soy paranoica pero no tenía elección.

Odiaba pelear, pero que más podía hacer estas eran mis responsabilidades, no quiero que nadie cargue con ellas, me prepare demasiados años para esto, soy lo suficientemente capaz para realizar todo lo que conlleva ser Emperatriz y no quiero que nadie cargue con ellas.

A lo mejor soy testaruda, pero el no me pude ayudar, no podía, ese sería... un gran error. 

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