Capítulo 8: ¿Cualidad de suerte?

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Por su parte, Todoroki se encontraba genuinamente confundido ¿Por qué Momo le dejaría una nota retándolo, si de todos modos le acabaría dando la respuesta al acertijo? Bajo ese pensamiento quitaría la biblioteca de sus opciones, así si Momo fuese o no el remitente ya se lo podría aclarar luego (o en todo caso se disculparía por dejarla plantada). Tenía la sensación de que independientemente de lo que hiciera él estaba en un error, pero tenía miedo de admitirlo. Quizás sólo estaba sobre pensando las posibilidades de fallar en encontrar al remitente y eso le ponía nervioso.

A pesar de la duda que traía consigo la opción de cambiar de convicción, y los latidos acelerados de su corazón, una suave sonrisa surcó su rostro: independientemente de quién fuese el remitente de sus notas y la intención que hubiese tras esas extraña declaraciones, era verdad que le habían cambiado su semana, deshaciéndose de la monotonía de sus días e incluso rompiendo el estándar que establecían otras cartas, en las cuales múltiples personas declaraban estar atraídos a él.

Contrario a los breves pequeños papelitos de colores, por lo general las demás cartas eran extensas, cuidadosamente elaboradas y en su mayoría les solía acompañar un bombón o una flor de regalo, o en algunas ocasiones incluso los sobres estaban perfumados. Reconocía el esfuerzo de sus autores por agradarle, pero se sentían como una formalidad, y con ello el peso de ser quien era le abrumaba la confianza ¿Eran genuinos los sentimientos escritos, o era el reconocimiento a su legado como hijo de Endeavor? ¿Las personas sí querían conocerlo y agradarlo como prometían, o sólo querían presumir la cercanía con el hijo de una celebridad? No alcanzar a comprender sus intenciones le conflictuaba, y se preguntaba confundido la razón de esos alumnos para no acercarse a él directamente si querían ser sus amigos. De ese modo fue que Midoriya se convirtió en su amigo y a él le parecía un método adecuado.

No veía posible que tantas chicas y chicos estuvieran "enamorados" de él, como se leía en las cartas ¿Qué era estar enamorado, y cómo es que él conseguía provocar eso en las personas? ¿Qué debía hacer para contestar a ello? No saber las respuestas sólo lo confundía más y tenía el presentimiento de que aunque le explicaran, no acabaría de entenderlo correctamente.

Pero le gustaban sus notitas fugaces. Otro punto a favor para ellas era que se sentían sinceras; sin ser ostentosas seguían siendo pulcras, a pesar de ser curiosamente groseras la hostilidad escrita irradiaba algo más que desprecio, y no le pedían nada (contrario a las extensas y más elaboradas que le pedían, exigían y rogaban una respuesta positiva, ser elegidos de entre los demás, obtener algo de él, agradarlo, corresponderles). Las notas de colores con olor a caramelo oscuro las atesoraba porque le gustaba pensar que habían sido hechas por alguien cercano que se acuerda de ti viendo detalles pequeños; como bromas sin gracia pero de las que se valora el detalle y quién las otorga ¡a pesar de que él no sabía quién las otorgaba!

Aunque eso estaba a punto de cambiar. Tenía la completa convicción de descubrir al dueño de las sonrisas que los papelitos le provocaban, era lo mínimo que podía hacer para retribuir esos pequeños momentos de genuina ternura que en él provocaban.

Quizás, lo que le hacía ilusión no se basaba en los mensajes, sino en pensar que podría hacer por su cuenta un amigo o amiga una vez consiguiera descubrirle y al menos como primer paso agradecer el que se tomara su tiempo al hacer esos detalles, además de conseguir entregarlos siempre fuera de su vista para completar la sorpresa sin que él se enterara.

Motivado por ese sentimiento y la ilusión, se puso a pensar intentando no ser lógico y en lugar de tratar de unir pistas que parecieran poder llevarlo a algo, quizás sería mejor optar por una de las opciones de manera espontánea. Así que teniendo en manos la pequeña tarjeta azul, retomó su camino por los pasillos de la academia manteniendo su cabeza serena, ocupada con pensamientos que no tenían relación a la decisión que debía tomar para no sobre pensar en ello. Al final de cuentas, los héroes no se abrumaban en momentos difíciles, y sus decisiones hacían valer su capacidad de salir adelante a situaciones complicadas.

Just Rude Notes [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora