Capitulo 11: Sin escapatoria

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- A detención ambos. –Comandó Aizawa en voz de reprimenda.

Pero ninguno se quiso mover. Parecía que en cualquier momento empezarían a gruñirse mutuamente mientras se retaban con la mirada ¿Por qué estarían tan enojados uno contra el otro?

El profesor no tenía paciencia para estar especulando, así que los tomó por los hombros y con un suspiro cansado se los llevó del gimnasio.

- A detención, he dicho. Los demás sigan con lo suyo. -Espetó sintiendo las miradas curiosas de la clase. - Iida, Yaoyorozu, están a cargo hasta que vuelva.

Cuando llegaron al salón su primer instinto de los muchachos fue sentarse en las butacas más alejadas entre sí, de esquina a esquina si era necesario para no verse las caras. Lástima que Aizawa lo intuyó y no permitió se alejaran mucho de su agarre que autoritario los seguía reteniendo de hacer su impulsiva voluntad.

- Se van a sentar aquí. -Señaló las dos butacas del frente, las más cercanas al escritorio y escuchó a ambos bufar hastiados. - Y me van a explicar el motivo por el cual comenzaron a golpearse como simios violentos siquiera antes de organizarse en equipos.

- ¡YO ya estaba en un equipo! Él llegó a molestar. -Acusó apresurado Bakugou con el ceño bien fruncido, ganándose una mala mirada de Shoto.

- ¿Es eso cierto, Todoroki? -Se extrañó el adulto. Por lo general el medio albino mantenía su actitud estoica hasta que le buscaban pleito a él, no al contrario.

- No llegué a molestar. Yo quería entrenar en el ring y fui a pedírselo, pero empezó a empujarme y gritonear así que solo me defendí. - Explicó mirando mal al rubio. No era una mentira, pero tampoco estaba diciendo toda la verdad.

- ¡Bastardo mentiroso! ¡Fuiste hasta donde yo y me estabas provocando por gusto! - Acusó poniéndose de pie y ahora cerrando los puños para contener su enojo. Él era la víctima ahí, no aceptaría un castigo injusto.

- Bakugou, lenguaje. -Regaño el mayor pidiéndole se sentará. El muchacho acató de mala gana.

- Todoroki, es verdad que desde que volviste del receso has mostrado una mala actitud que además distraía al resto del grupo. -Le puntualizó Aizawa sorprendiéndolo, pues al parecer era algo de lo que ni siquiera se había dado cuenta. - ¿Hubo algo que te molestó que tenga que ver con Bakugou, de algún modo está involucrado o es el causante de tu mala conducta esta tarde por lo cual hayas querido vengarte así?

La observación le sacó un sonrojo, difícil de ocultar o pasar desapercibido en su piel de porcelana. Y que el rubio le dedicará una mirada entre extrañada y acusadora no ayudó ni un poco a su memoria cuando quiso nublar el pensamiento que lo atormentaba desde que sonó el timbre que marcó el final del receso:

"Bakugou pasó la tarde con su nueva novia bajo la sombra del gran árbol".

- Lo que me recuerda... -La áspera voz del maestro interrumpió momentáneamente el corto circuito que amenazaba con fundir el cerebro de Shoto. - ¿Te apetece explicar, Bakugou, qué situación era más importante que la clase de historia para no haberte presentado durante toda la hora? - Inquisitivo miraba al joven, esperando con toda la calma del mundo obtener su respuesta.

El de orbes rubíes sintió que el alma se le caía a los talones cuando la pesada mirada oscura de su tutor se posó en su persona, esperando una explicación que lo convenciera.

Debido a lo molesto que estaba con el imbécil de quirk dual, se había olvidado del irrelevante hecho de no haber atendido la última clase y las posibles consecuencias que eso le traerían. No imaginó, entre todas las posibilidades, ser cuestionado en frente del motivo de su pinta ¿Qué le diría ahora al profesor?

"Me le declararía a Todoroki. Pero como no llegó al lugar que lo cité, mi corazón se estrujó ante la idea de que estuviera con alguien más. Así que lo evité como un campeón y su clase fue un daño colateral". ¡Sonaría ridículo!

Ante la simple idea y lo absurdo que su sentimiento sonaba puesto en palabras, el de tez trigueña palideció visiblemente. Aunque el único que lo notó fue el mismo Aizawa, pues el otro alumno estaba muy ocupado chamuscando su propio cerebro con la epifanía que ante él ahora se revelaba como la causa de sus acciones.

El panorama ante Aizawa no podía ser más extraño: mientras un joven parecía perdido en sus pensamientos con el rostro a viva flama y la mente muy lejos de ahí, el otro tenía la expresión de haber sido bañado bruscamente con un balde de agua fría y su piel brillaba como el más blanco papel, lo que hizo pensar al maestro que el rubio parecía un gato crespo, confundido pero a la defensiva.

- ¿Entonces? - Su voz los regresó a la realidad con la misma efectividad que una bofetada dura lo hubiese hecho. - ¿Quién será el primero en darme su explicación? - Cuestionó alzando una ceja ¿Sus niños siempre habían sido así de extraños y despistados, o solo sería cuestión de clima cambiante de esos últimos días?

Los jóvenes se dedicaron una mirada espantada que reflejaba la misma duda "¿Qué le dirían al maestro y quién sería el primero en hablar?" Curiosos ante lo que diría el otro, pues ninguno tenía la más mínima idea de lo que realmente pasaba por la cabeza del contrario.

- Sí, Bakugou. Cuéntale a Aizawa-sensei por qué te volaste la clase de historia. - Cedió Todoroki, tratando de salvar su propio pellejo.

- ¿Eh? Ah, no... Adelante niño problema, suena más interesante escuchar el motivo de tu mala actitud. - Esquivó el rubio en una mueca burlona sobre la inusual acusación hacia el medio pelirrojo. A pesar del apuro en que se encontraba, le hacía gracia que fuera el apuesto chico de ojos desiguales al que llamaran la atención por portarse mal.

El sonrojo volvió al rostro de Shoto e incluso reclamó terreno en la punta de sus orejas. Antes de que pudiese contestar nada, la voz de Auzawa nuevamente le interrumpió, en una orden que le hizo sentir como si le quitaran todo el aire de los pulmones de un solo puñetazo.

- Todoroki. -Le llamó serio. - Estoy esperando tu explicación, es tu última oportunidad antes de que te castigue el doble.

Tragó saliva duramente e ignoró con todas sus fuerzas la mirada inquisidora y curiosa del rubio a su lado. - Yo-- Yo prefiero aceptar el castigo. No quiero hablar.

Esa declaración sin dudas sorprendió a quienes lo escuchaban, e incluso se sorprendió a él mismo. Había cavado su propia tumba, pero probablemente ese castigo sería menos humillante que poner en palabras el hecho de celar a Bakugou sin razón, y que el rubio se enterase así.

- Bien, si esa es tu voluntad: Estás castigado. - Espetó Aizawa, ocultando la preocupación ante lo que pudiese motivar al chico a no hablar. - Y si no quieres hablarlo conmigo que soy tu tutor, tendrás que decírselo a Midnight como consejera.

- Está bien. - Aceptó derrotado sin hacer mas algarabía, al parecer no existía escape de compartir esos confusos pensamientos.

- Y Bakugou ¿Tú qué elegirás? - Cruzado de brazos, se dirigió entonces al rubio. Sería injusto no darle esa opción también a él.

A Katsuki se le calentaron las orejas de vergüenza. - Hablaré.

Eligió, como la opción que pudiese concluir definitivamente la racha de decisiones que había tomado desde la semana anterior en la que comenzó a dejar papelitos en cierto casillero. Si repugnaba al medio albino o era directamente rechazado ya no importaría, al contarlo en voz alta y descubrirse ante el muchacho como el autor culpable de las notas, le permitiría seguir con su vida normalmente otra vez. Total, ser rechazado y que le rompieran el corazón frente a su maestro de aula sería parte de vivir la experiencia ¿cierto?

Just Rude Notes [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora