Peonías en invierno

🎍Capítulo siete: Excursión🎍

Jun🍁

Estábamos leyendo en el área de anuncios que iríamos de excursión, a principios de septiembre, aún faltaban tres meses para eso, solo iríamos los de primer curso, que éramos alrededor de ciento cincuenta alumnos.

A la hora del almuerzo charlábamos de la excursión, y de lo emocionante que seguro sería, ya que saldríamos de la ciudad, iríamos a un campo lejano para hacer algo así como servicio comunitario con los trabajadores del campo; cultivar, pastorear, recoger frutos etc. Esto con la finalidad de saber un poco más de cómo viven estas personas, nos repartiríamos en dos lugares la mitad iría al campo más grande y la otra mitad a uno más pequeño, y esto duraba alrededor de veinte días.

   —¿Qué punto es ir a hacer eso?, que aburrido —comentó Bas metiéndose a la boca una cucharada de arroz

   —Yo creo que será divertido, servirá para despejarnos, y ejercitarnos —remató Félix, y tenía razón. Vi que la mirada de Bas se desvió con un poco de preocupación

   —¿No puedes ir? —cuestione

   —Sí, es solo que... no es nada, claro que iré, sería nuestro primer viaje juntos —, y de nuevo estaba esa mirada al acabar de decir eso, cuando estaba a punto de abrir la boca de nuevo una voz familiar sonó en mis oídos, y sentí mi corazón dar un vuelco

   —¿Puedo sentarme con ustedes? —preguntó Agnés con su charola, los chicos dijeron que sí sin problema

   —¿Qué comes?, puaj —Bas hizo cara de asco al ver sus brócolis, Félix se puso a reír y yo con él

   —Saben muy ricos, no veo tu asco.

   —Discúlpalo, siempre ha odiado esos vegetales —menciono Félix

   —¿Desde cuándo se conocen? —esta vez me adelante en hablar

   —El tiempo suficiente para saber cuáles son nuestros gustos en las comidas y las cosas que nos molestan o nos hacen reír —respondí, los chicos asintieron si decir nada más —. ¿Tú fuiste a la excursión? —pregunté cambiando de tema

   —Claro, es una costumbre que tienen en este lugar desde hace mucho tiempo, les gustará, al campo que les tocó es bastante hermoso, y estar con los animales y con esas personas te hace sentir bien y en armonía, es un descanso espiritual diría yo, en ese viaje fue cuando descubrí que quería estudiar medicina, aunque debo decir que cansa un poco viajar en tren —sus ojos brillaron de emoción

   —Suena grandioso, despejarme de todo este sitio —Félix y yo nos miramos frunciendo el ceño, Bastián no era de decir ese tipo de cosas, definitivamente algo le sucedía.