👤Agnés🐚
A pesar de que ya habían pasado casi tres meses desde la muerte de Jun aún sentía que mi pecho pesaba, lo echaba mucho de menos, y aunque no conviví casi con Félix igual lo extrañaba; casi no veía a Bas en el colegio, y cuando quería acercarme a él este se iba de inmediato y me dejaba colgada, se le veía muy mal, había perdido bastante peso, tenía ojeras horribles, se le veía demacrado, pero simplemente él no quería mi ayuda, y yo lo respetaba.
Hoy era cinco de diciembre, mi cumpleaños, mis padres habían estado preparando una pequeña celebración con mi familia, pero para ser sincera yo no tenía muchas ganas de estar, pero era mi familia y ellos me habían estado apoyando en estos meses con la tristeza que me cargaba. Cuando salí de mi habitación di un pequeño respingo al ver a mis padres con un pequeño pastel y una vela encendida
—Me asustaron —mencione
—Vamos sopla la vela Ag —dijo mi mamá, sonreí y lo hice, ambos aplaudieron y comenzaron a cantarme la típica canción de cumpleaños feliz
—Hemos decidido llevarte de vacaciones como parte de tu cumpleaños, pasar todo diciembre en la playa, bueno en cuanto salgas de vacaciones —platico mi papá, sentí como todo el peso del mundo se esfumo, realmente eso me ayudaría bastante, alejarme de aquí, despejar mi mente, darme mi tiempo, el próximo año era mi último, después entraría a la universidad
—Gracias, podemos irnos el dieciocho de este mes —comenté, ellos asintieron, fuimos a la mesa a comer un poco de pastel con café, estaba muy delicioso, después de un agradable desayuno con mi familia les comunique que iría a caminar, yo sola, aceptaron y me dejaron ir.
Mientras iba por las calles mi mente se inundó de Jun, de todas las veces que estuvimos juntos, de las múltiples cosas que me hacían quererlo tanto, ahora solo eran recuerdos, me dolía no haber podido hacer muchos más, incluso él ahorita mismo viniera conmigo, ¿qué sorpresa me hubieras dado hoy Jun?, seguramente algo sencillo pero hermoso, me hubiera regalado un enorme trozo de ese pastelillo de queso que me gustaba tanto, él casi siempre que podía me regalaba uvas, era tan gentil, tan llenó de vida, a veces la vida es injusta, llevarse a personas tan excepcionales como él y dejar a los que son unos monstruos, pero así era la vida y yo no era nadie para juzgarla. Sin querer llegue a nuestro lugar, en dónde nos dimos nuestro primer beso, y fue casi siempre en donde permanecíamos después de las clases, suspire fuertemente y fui a sentarme en donde lo hacíamos, con la hermosa vista al lago, sentí pesadez en la espalda y me acosté en el pasto, sin importar que estuviera húmedo y frío; el cielo estaba hermoso pero nostálgico, ¿acaso estas aquí conmigo Jun?, porque yo deseaba con todas las fuerzas de mi ser que aquí estuvieras, sentí lo caliente de mis lágrimas salir por mis ojos, hubiera querido pasar toda una vida contigo.
Jun🍄
Agnés llevaba unos jeans con un suéter tejido, y sus botas que tanto usaba; desde que había salido de su casa camine a su lado, ella lucía espectacular como siempre, aunque muy distraída y sus ojos un poco cansados, estuvo un buen rato caminando sin rumbos, me encantaría saber que estaba pensando mientras caminábamos juntos, ojalá y ella pensará en voz alta, pero siempre fue muy reservada en cuanto sus sentimientos, el día que le confesé mi amor por ella, solo me beso y jamás me dijo que era lo que ella sentía por mí, pero a diario me demostraba que era mutuo, con su forma de mirarme; pronto iban a abrir la pista de hielo, me hubiera encantado ir con ella y los chicos, pero así no se dieron las cosas, poco a poco asimilaba más mi muerte, ya no deseaba tan a menudo estar vivo.
Agnés se detuvo en el parque donde pasábamos nuestros días, fue a tomar asiento en donde siempre, me senté a su lado, y le recorrí su espalda con mi mano, pero ella se removió y opto por acostarse y ver el cielo, así que la emite; el cielo lucía espectacular, pero quería aprovechar para verla de cerca con esta luz, cuando puse mi rostro frente a ella me percate que estaba llorando en silencio, quise limpiar sus lágrimas pero era inútil, entonces abrió los ojos muy grande y se levantó deprisa, maldita sea, me aleje de ella muy rápido y vi su mirada confundida, se tomó por la cabeza; solté un gritó cuando me tocaron el hombro, ya no estaba acostumbrado al tacto, era ese anciano que me había dicho que me vaya después de mi funeral.
—No puedes acercarte así a un humano, esté puede creer verte o sentir tu aliento —dijo mientras me jalaba para alejarme de ese lugar
—¿Aliento?, pero estoy muerto.
—Niño tonto, los muertos tenemos aliento, después de todo somos almas, ¿nunca sentiste escalofríos estando vivo? —pregunto muy serio
—Sí, como tres veces, así de repente —no sé a dónde iba esa pregunta
—Cuando sucede eso, un fantasma pasa justo por detrás de ti, incluso hay unos que se ponen justo a un lado de tu oreja, hay fantasmas que les gusta molestar, están aburridos y buscan problemas —menciono, oh, vaya no sabía eso, desde ahora debería tener mucho cuidado con eso
—De acuerdo señor, lo tomaré en cuenta —mencione con mi pulgar arriba, el anciano se detuvo en seco y me miro muy seriamente
—Llevas mucho tiempo aquí muchacho, ahora mismo no puedo decirte lo peligroso que es eso, mi familia me espera, espero poder regresar y llevarte conmigo, nos vemos luego —se despidió y me dejo con muchas intrigas, no sabía que tenía algo de malo quedarse en este mundo, ¿a quién le haría daño en este estado?
🌻🌻🌻
¿Creen qué Jun pueda soltar e irse con tranquilidad?
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Peonías en invierno
Fiction généraleJun y sus amigos al llegar a la edad de diecisiete, deciden ir a un viaje escolar en tren, sin embargo no sabían que esa decisión les cambiaria completamente la vida, dejando recuerdos agridulces y encontrando un nuevo camino.