🎍Capítulo ocho: Quédate🎍

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🪐🪐🪐

Bas

Cuando llegue a casa después del colegio se encontraba ahí Louis, intentando tranquilizar a mis padres, cuando entré él me sonrió, pero yo no pude corresponderle de la misma manera, seguí caminando pasando sin que mis padres lo notaran, aunque bueno, al decir verdad nunca lo hacía; subí los escalones y sentí los pasos detrás de mí, intente aventar la puerta, pero Louis la detuvo

—¿Cómo te fue en el colegio? —preguntó con delicadeza, yo solo lo miré intentando respirar

—¿Qué haces aquí? —cuestione ya rojo del rostro

—Vine ayudarle a nuestro padre a llevar sus cosas, solo que Helen comenzó a lanzarle cosas y decirle que lo odiaba —respondió como si nada, sentí exasperación, él estaba parado en medio de mi habitación, con una media sonrisa, hablándome como sí esto fuera como si yo estuviera perdiendo una simple moneda, apreté mis puños, pasé empujándolo con mi hombro provocando que perdiera el equilibrio y cayera; cuando baje me encontré con mi madre en un río de lágrimas, golpeando el pecho de mi padre, "¿por qué?", repetía mientras lo golpeaba, sentí un nudo formarse en mi garganta, pero me lo tragué; tomé el brazo de mi madre y la aleje de ese hombre

—Basta mamá, él lo decidió desde hace mucho tiempo, y decidió ocultarlo —le dije mirando directamente a los ojos sin ninguna pizca de arrepentimiento de mi padre, de nuevo sentía el nudo

—No lo vi necesario decirlo, ¿sí mi mujer lo entiende por qué tu madre no puede?, ya no quiero nada con ella, sólo mírala, toda su vida ha sido una débil, chillona, no sirve de nada...

—¡Cállate! —grité, mi padre abrió los ojos con sorpresa, ya que nunca le había siquiera alzado la voz —, tu mujer como le dices ahora, lo entiende debido a que la complaces sexualmente y le das dinero, a ella no le importas una mierda, solo es una puta interesada —con problemas acabé mi oración cuando sentí la palma de mi padre impactar con mi mejilla, mi madre soltó un gritó y yo solo sentí mi corazón colapsar

—¡Jamás le vuelvas a faltar el respeto a mi mujer! —gritó soltando saliva de lo rabioso que estaba, cuando intentó darme otro golpe Louis lo detuvo

—¡Papá basta! —él cedió, sin pensarlo ni un segundo, y mis fuerzas de ahorrarme las lágrimas fueron inútiles, al darme cuenta en ese momento que nunca le importamos a mi padre, que yo nunca le importe, que nunca me vio cómo su hijo, estas salieron sin previo aviso, y salí corriendo, no quería que me vea llorarle, porque él no merecía que yo lo amará tanto y le diga papá; cuando doble la esquina choque con Jun, esté me vio buscando respuestas y yo me hice más débil y comencé a llorar como un pequeño que no encontraba a su mamá en el mercado.

Jun, un mes después.🍁

Mientras veía carcajearse a Bas con Félix, recordé aquél día que me lo encontré llorando como un pequeño, y ahora mismo me preguntaba cómo era que alguien pueda aguantar eso y haber sonreído por tanto tiempo; ese día nos platicó todo a Félix y a mí, ese día se quebró, nunca iba a olvidar sus ojos llenos de dolor y abandono, y entendía el motivo del porqué estaba lleno de ira, pero desde ese día él se comportaba un poco más, siento que se había liberado un poco al decirle a alguien todo su dolor.

—Me tengo que ir, mi abuela me mando mensaje para ir a cenar, ¿quieren venir? —pregunto Félix sonriente

—No puedo, hoy le diré a mis padres lo del viaje —respondí poniéndome de pie

—Yo sí voy.

—Vamos, sabes cómo se pone si llegamos tarde a la cena, nos vemos mañana Jun —Se despidieron ambos y yo di marcha hacía mi casa.

Cuando llegue aún seguía con llave, eso significaba que seguían en la cafetería, aproveché para responder sus mensajes a Agnés; hablábamos más últimamente, estaba pensando en confesarle lo que sentía por ella, pero aún no sabía cómo, seguía viéndola los sábados para las asesorías, pero estas terminaban en un par de sábados más, podría invitarla a salir el último día que nos veamos, tal vez ir al parque o algo parecido, era un poco tonto para esto.

—Llegamos —escuché la voz de mi papá, así que dejé mis pensamientos para después y salí de mi habitación

—¿Ya cenaron? —pregunté cargando a Amy, todos negaron

—Yo preparó la cena —Se ofreció mi papá

—¿Amy quieres cenar?, no tienes que saltarte las comidas si quieres estar así de alta como yo —hablé cerca de su oído ya que tenía su cabeza recargada en mi hombro

—No, ya tengo mucho sueño Jun, llévame a dormir —dijo somnolienta, sonreí un poco, mire a mi mamá y ella sintió, dando luz verde para que la lleve a su habitación; Amy se había quedado dormida mientras subía los escalones, le di un beso en su pequeña frente y la cobije.

—¿Ya se durmió? —preguntó mi madre poniendo los utensilios en la mesa, le comencé a ayudar

—Sí, ni siquiera aguanto las escaleras, ¿hoy tuvo sus clases de piano?

—Terminó muy cansada, después de sus clases una amiga la invito a jugar y estuvieron en el parque casi toda la tarde —respondió. Nos sentamos a cenar y vi la oportunidad de decirles los del viaje

—Habrá una excursión al campo en el colegio, a principios de septiembre, la fecha aún no está decidida, pero me gustaría ir, durará veinte días me parece —les conté sin ataduras

—Es una actividad extra, pero me imagino que necesaria, por mí está bien —aceptó mi papá, ambos dirigimos la mirada a mi madre, ella se había puesto seria

—¿Es muy necesaria? —preguntó con preocupación

—Vamos Marie, él ya tiene edad para ir a un viaje con sus amigos, además dudo que vayan a divertirse si van al campo —dijo mi papá

—No lo sé, que vaya en tren me dan nervios, escuché que hace poco casi se accidenta uno gracias a un conductor que se saltó el alto —su voz sonaba con más preocupación

—Vamos mamá, por ese camino no transitan autos, es de estación a estación —intenté convencerla, realmente quería ir, y estar con los chicos, tener esta experiencia con ellos

—Quédate mejor Jun, si no afecta a tus calificaciones...

—Sí afectaría, no es obligatorio ir, pero me ha dicho Agnés que después hacen un proyecto sobre lo aprendido, y no quisiera ser ignorante al tema para poder hacerlo, perdón por interrumpir —Su rostro hizo expresión de disgusto, pero al final accedió.

Peonías en inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora