Era 1968 y Valentina Carvajal ya no tenía manera de escapar, su madrastra Lucía Borges la había enviado a un hospital psiquiátrico, aunque la idea en realidad haya sido de su hermana Eva. En realidad ella no tenía nada de malo, el problema era que había sido encontrada con una joven en una situación bastante comprometedora. Según le dijeron a Lucía, el hospital Evermore la "curaría". Vaya infierno el que ocultan esas blancas paredes.