Depresión, ansiedad, crisis de pánico, insomnio, trastornos y es que todas esas son algunas de las muchas enfermedades que algunos debemos enfrentar en nuestra adolescencia, ahogándonos en el frió silencio por miedo al que dirán o al rechazo, porque muchas veces tus mismos familiares son los causantes de nuestro estado, así que seguimos sumidos, ahogados en el mismo veneno adquiriendo mas y mas de este en el mas puro silencio lleno de dolor, bailando lentamente con los pensamientos suicidas que solo dictan una canción, un solo final, mi final.
"Vivir en la oscuridad o salir a la luz y entrar al mundo donde la gente es egoísta o quedarme cerca de la muerte que suele ser una fiel compañera"
Me llamo Fernanda, pero recuerdame como Fer una adolescente "loca", esa chica vibrante que deja impactado a cualquier persona con su aura tan brillante, esplendida, pero, quien diría que estaba tan quebrada, tan marcada y es que mi sonrisa decía todo esta bien mientras que mis ojos se desangraban lentamente en cansancio y desesperación, mis brazos entregaban armonía y paz hasta que por casualidad rozaban suavemente sus manos por mis brazos marcados por profundas cicatrices, cicatrices para "llamar la atención", esa adolescente loca con pensamientos suicidas prematuros, que siempre finje estar bien, la que le mentía a los psicólogos y psiquiatras con la típica frase de "ya esta todo bien", la que no pedía ayuda ya que a nadie de todas maneras le hubiera importado, la solitaria, la muda, la sumisa, esa que se quiebra fácilmente en privado, con una vida "hipotéticamente perfecta" para el mundo, pero, imperfecta para ella y así es como ella se ahogo entre sus sucios y venenosos pensamientos suicidas e intento apuñalarlos con sus propias manos.
*HISTORIA EN MODIFICACIÓN*
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