Las ambulancias llegaron, la policía apuntó con sus armas por doquier. Sentí mi cuerpo desvanecerse junto al de él y con la poca fuerza que me quedaba, le rogué. -Por favor, no me dejes - sostuve su mano transmitiéndole la intensidad de mi súplica. Fernanda se encuentra envuelta en líos amorosos donde la solución es elegir un camino pero una toxica obsesión le puede arrebatar esa elección. ¿Quién dijo que solo se moría cuando dejabas de respirar? Si puedes morir en el delirio del dolor.