Siempre se rehusaron a aceptar lo que sentían, ninguno de los dos supo que era aquella necesidad de estar juntos ni el porque querían tocar al otro para sentirse completos. Y cuando al fin supieron que se querían más de lo que unos amigos debían quererse ya era muy tarde. Él se había ido, y ella se rompió - Déjame restaurar lo que rompí, déjame amarte, porque yo en verdad anhelo que me ames.