Tenían ese magnetismo como un imán, se atraían, porque eran opuestos. Se atraían por sus marcadas diferencias y pensamientos. Sergio creía que Lewis se había doblegado a la idea de ser buena persona y Lewis creía que Sergio tomaba todas las oportunidades que la vida le ofrecía. Quizás esa era la forma en la que se resignaban ante sus diferencias. Pero ambos sabían bien que no debían pelear con la ley de la atracción. ➠ Lewis Hamilton x Checo Pérez ➠ Fórmula 1
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