Magnetic

Capítulo XVII: Gran Premio de Brasil

La ley de Murphy explica que si algo malo puede ocurrir, ocurrirá. Lo cierto es que esto puede estar sujeto diversas interpretaciones o formas de ver, no obstante, la cuestión es que no hay más ciencia en esto que la lógica humana, el que se espere que algo malo suceda en muchas ocasiones no significa ser pesimistas, sino más bien, es aceptar una realidad a la que todos, sin excepción alguna, estamos inmersos. Es como decir "el que no arriesga, no gana" nunca sabes lo que va a pasar, la mayoría cree que todo irá bien, pero, ¿Qué sucede con aquellos que arriesgan y pierden?

Desde lo sucedido en México, Lewis y Sergio no habían hablado en ninguna ocasión, es más, el piloto de Mercedes había evitado cualquier tipo de situación que lo acercara al de Red Bull: entrevistas, el paddock, las presentaciones, entre otras actividades, pasaba demasiado tiempo alejado de él, aunque estar de esta manera le doliera, Lewis lo ignoraba, hacía como sí Sergio no existiese, como si en realidad no estuviese ahí, la verdad es que no podía hacer nada más, ese era su mecanismo de defensa; el británico aún no terminaba de procesar las cosas, no solo lo que sucedió en México, sino lo rápido que había ido su relación con el contrario, todo pasó en un abrir y cerrar de ojos, hasta que terminaron de esta manera.

En la otra cara de la moneda, el estado de ánimo de Sergio había empeorado un montón, quizás más que en ocasiones anteriores, ya sus problemas no solo eran una crisis emocional interna, la insatisfacción en su trabajo y la baja autoestima, sino que a todo eso se le sumaba todo el tema de Lewis. A duras penas podía concentrarse en sus cosas, no encontraba algo que realmente lo motivara, se sentía completamente miserable e incluso solo, pero él sabía bien, es decir, se había convencido de que no podía quejarse porque todo era su culpa.

El domingo de carrera llegó más rápido de lo que quiso, sentía que actuaba de modo automático por lo que había pasado distraído gran parte del fin de semana en Brasil, que no recordaba casi nada, solo apenas las discusiones que había tenido con su compañero de equipo en el garaje de Red Bull.

Suspirando, se terminó de arreglar su traje y la balaclava, para ponerse el casco y, por consiguiente, entrar al monoplaza. Si era honesto, ya no le importaba nada, le daba igual ganar, quedar en podio o hacer dnf durante la carrera, ¿Qué más daba? Ya casi era fin de temporada.

Era consciente de que no debía tener esa actitud tan conformista y mediocre en su trabajo y en cumplir su sueño de toda la vida, pero a estas instancias no podía evitarlo. Todo lo que alguna vez le importó, había desaparecido, al menos en ese momento.

Intentó concentrarse lo que más podía en la carrera, por lo menos debía evitar chocar o hacer alguna estupidez descomunal que fuera en contra de las reglas propuestas por la FIA, centró su rumbo rebasando a algunos pilotos desde su posición media. Sentía que el tiempo pasaba aún más lento de lo normal y eso lo abrumaba, solo quería terminar todo aquello para largarse de ahí, no tenía la intención de seguir viendo a más personas o de escuchar a la gente preguntarle cosas sobre Lewis Hamilton.

Dejó que Max lo rebasara para que tuviera más ventaja, no podía quejarse de aquello porque a la final, ese había sido su trabajo desde la temporada pasada: ayudarle a Verstappen a obtener mayor ventaja o a ganar más puntos, a veces creía que las estrategias de las carreras sólo eran diseñadas para su compañero y que él era un fantasma. No obstante, después de unos segundos, notó que quien tenía mejor ritmo de carrera era él y no Max, por lo que era prudente que le devolvieran su posición. Comunicó aquello por la radio y recibió una pronta respuesta por parte del ingeniero en donde le decía que se comunicarían con su compañero para que lo dejase pasar nuevamente, ya que tener la ventaja lo ayudaría a obtener los puntos necesarios para ganar el subcampeonato en la temporada y porque era lo más lógico por hacer, pero la reacción del hombre que estaba en el otro monoplaza no fue la esperada.