Después de estar al borde de la muerte (de nuevo) y ser salvada por Regina (de nuevo otra vez), Emma descubre que está embarazada, aunque técnicamente es imposible. Su primer instinto es buscar ayuda de la persona en quien más confía y que más sabe de magia: Regina. A medida que pasan las semanas del embarazo, las dos mujeres se sienten cada vez más conectadas. Especialmente porque Regina está diseñando un sistema para desentrañar el misterio de la concepción y porque, para asegurar el bienestar de Emma, Hope y ella terminan viviendo en la mansión.