Todo empezó como un simple juego. Él era el idiota que limpiaba, yo la cabrona que ensuciaba. -Se han cambiado los papeles,¿no? Tú deberías limpiar y yo observar como lo haces. -Calla y dale al mocho. -Podría darle a otra cosa si tú quisieras. -¿Quieres jugar? A ver quién juega mejor.