Más importante que Ray, Leo Akaba se obsesiona por controlar y destruir al demonio que lo puso en esa situación, El Rey supremo Zarc. Cuando tiene un encuentro oportuno con Yuri, Leo descubre que Zarc tiene reencarnaciones. Con la ayuda de un seguidor fiel y desconocido, el Profesor se encargará de recolectar a todos los fragmentos de bestia esparcidas por las diferentes dimensiones.