Queridos lectores:
Queremos aclarar algo importante sobre nuestro trabajo de traducción: el español que utilizamos no es el español de España, sino el español latinoamericano. Puede parecer un detalle menor, pero en realidad marca una gran diferencia en el tono, la fluidez y la conexión que logramos con nuestro público.
El español es un idioma que compartimos más de 500 millones de personas, pero suena, se siente y se vive de manera distinta en cada región. En España, las expresiones, el vocabulario e incluso la conjugación de los verbos suelen diferir bastante de lo que usamos en América Latina. Allá es común emplear el “vosotros” y un conjunto de giros propios de su cultura. En cambio, en Latinoamérica tenemos nuestras propias expresiones y formas de hablar, con un ritmo y una cercanía que forman parte de nuestra identidad.
En nuestras traducciones buscamos que nos sintamos cómodos, que las frases fluyan como si hubieran sido escritas originalmente para nuestra forma de hablar. No adaptamos el contenido a un español peninsular, porque eso podría generar distancia con nuestra manera natural de expresarnos.
Nuestro compromiso es con la claridad, la naturalidad y la fidelidad cultural. No se trata solo de cambiar palabras, sino de respetar el contexto, las emociones y el ritmo narrativo para que la historia conserve su esencia, pero suene auténtica para nosotros.
Así que, cuando leamos este trabajo, sabremos que cada línea está pensada para que la historia no suene “traducida”, sino viva y cercana… como si fuera contada por alguien que habla igual que nosotros.
Muchas gracias.