/ Ante la dulce y cariñosa voz de su tía, la pequeña sonrió y mantuvo su curiosa mirada sobre ella, moviendo sus piececitos de felicidad.
—Gracias, Lovie. y adivina qué, ya aprendió a decir "mamá". / comentó el joven con emoción. —¿Verdad que sí, mi dulce Vel?.