Algo de lo que se percató, es que su amiga era mucho más alta que él, probablemente ella ahora tenía la misma altura que Hakuba.
Parpadeo un poco impresionado, pero luego hizo una mueca ante el comentario.
—En eso no te equivocas, Aokosa, pero Akako se enoja por las cosas más raras, así que no me sorprendería si la molestarlas sin querer.
Al dejar eso claro, el joven asintió y se acercó a la ventana.
—Vuelvo en un momento.
Salto por la ventana y entro al jardín trasero de su propia casa, forzó la puerta, aunque tenía llaves para entrar y subió las escaleras para ir a su cuarto.
«Aunque dijo que le prestará ropa, ella se ve mucho más grande que yo ahora». En su lugar, busco ropa que tenía para sus atracos de Kid y se dirigió de vuelta a la ventana, salto de su balcón al de Aoko sin mucho esfuerzo y bajo las escaleras a la sala de la chica.
—¡Hey, Aoko! ¡Encontré varias cosas, toma lo que gustes! —Menciono acercándose al otro chico y dándole las prendas.