—¿entonces vienes hoy?
—no lo sé, fred. tengo que estudiar, además chrissie quiere salir hoy...
—chrissie, chrissie, chrissie. siempre ella, ¿cuándo yo? soy tu mejor amigo, y ya no pasamos tanto tiempo juntos desde que empezaste a salir con ella. vamos, john también vendrá, no tenemos un guitarrista sustituto, te sabes todas las canciones de memoria.
—lo pensaré, ¿si? tengo que estudiar también.
—brian, dejar los libros por unas horas no te va a matar. vamos, te espero en la taberna a las nueve, nos vemos, poodle.
freddie se despidió, y luego el de rulo salió de la universidad, empezando a caminar hacia su departamento con tranquilidad.
no tardó mucho en llegar, solo unos cuatro minutos. al lado del edificio estaba la casa de una anciana muy adorable, que siempre lo saludaba cuando llegaba. no conocía mucho de ella, solo le había contado que se había mudado luego de tener unos problemas en su antigua ciudad, por lo que decidió cambiar su nombre y apellido para empezar de nuevo.
observó que la señora estaba cuidando a sus plantas.
—buenos días, señora jones, ¿cómo está? —brian se acercó a la puerta de la señora, sonriendo cuando la anciana se emocionó y se acercó a abrazarlo.
—buenos días, mi niño. muy bien, cuidando mis hortensias, son las favoritas de mi hijo y hoy viene a visitarme. —respondió, enseñándole las hermosas flores.
brian sintió como si en tan solo unos segundos, miles de recuerdos golpearan su mente, haciéndolo perder el conocimiento por un momento.
—¿estás bien, cariño? —preguntó con preocupación la señora, mientras acariciaba las manos del rizado para calmarlo.
—si, tranquila. solo estoy algo cansado, fue un día largo. debo ir a estudiar, nos vemos, señora jones. —brian se despidió de la mujer, y luego, aún algo asustado ingresó al edificio, subiendo con rapidez las escaleras.
una vez en su piso caminó rápidamente hacia su puerta, y una vez entró, corrió a su habitación, sintiendo que los recuerdos no dejaban de azotarlo y lo hacían tambalearse y perder el conocimiento de nuevo.
como pudo logró sentarse en su cama, y abrió el cajón de su mesita de luz, sacando del fondo de este una vieja foto, manchada y con algunas arrugas.
sus manos temblaron al ver su joven rostro y el de aquel muchacho que creía haber olvidado.
ya ni siquiera recordaba su nombre, habían pasado ocho nueve, y con veinticinco años creía haber olvidado todo pero eso no era cierto.
te amo, brimi.
-roggie.
—¿roggie...?
musitó, viendo como algunas de sus lágrimas caían y chocaban contra la vieja foto.
ver aquellas hortensias le recordó cuando aquel muchacho las arrancó en esa iglesia a donde solía ir de adolescente.
guardó rápidamente la foto en el cajón, y luego se dispuso a preparase algo para tomar, había pasado nueve años sin pensarlo, no iba a ser la excepción ahora.
〘 ✞ 〙
terminó de alistarse, rociando un poco de perfume en su cuello y luego tomó el estuche donde se encontraba su guitarra, saliendo de su departamento luego de cancelarle a su novia el encuentro que tendrían.
bajó las escaleras, y salió del edificio, viendo que en la casa de aquella anciana, estaba la mujer despidiendo a un muchacho que pese a la poca luz que había por la noche, notó que la cabellera del chico era rubia.
—si, roggie aún te sigo amando.
otro recuerdo volvió a azotar su mente, provocándole que un fuerte dolor de cabeza le atacara, y desvió su mirada cuando notó que la anciana y aquel chico lo estaban mirando, por lo que rápidamente se dispuso a caminar hacia la taberna donde tocaría con sus amigos.
durante el camino no dejaba de pensar en lo ocurrido, comenzaba a recordar cosas que antes había olvidado, todo con lujo de detalles.
llegó a la taberna e ingresó al lugar, dirigiéndose a la parte de atrás del escenario donde sus amigos se estaban alistando junto con otro chico.
—al fin llegas, querido. vamos, hay que salir, ¡ya estamos retrasados por tu culpa! —exclamó freddie, y luego salieron al pequeño escenario.
conectó su guitarra, y luego de que su amigo saludara al público empezaron a tocar algunas canciones.
no prestaba atención a nada, tocaba su guitarra pero no se concentraba en nada, solo pensaba en aquellos recuerdos que cada vez eran más y más.
solo deseaba que aquel concierto terminara lo más rápido para irse a su casa y sumergirse en un profundo sueño, y así despertar al otro día totalmente renovado.
pero el destino tenía otros planes para él.
al finalizar el concierto, desconectó su guitarra, la guardó en su estuche y quiso salir de la taberna pero su amigo lo interrumpió.
—¿ya te vas? vamos, brian. toma algo y luego puedes irte.
no le quedó otra que aceptar, y sentarse junto a sus dos amigos, aceptando el vaso de cerveza que le habían ofrecido.
—¿puedes creer que jacob nos dejó? nos quedamos sin baterista y nadie llama a los anuncios que hemos colocado en toda la universidad y aquí, es una mierda. —comentó el persa, totalmente molesto, mientras bebía su cerveza.
—ya encontraremos algo, cariño, tranquilo. —lo tranquilizó, john, su novio.
brian quiso decir algo, pero fue interrumpido por una voz rasposa.
—disculpen ¿smile, cierto?, vi en la puerta de la taberna que buscaban un baterista, puedo ofrecerme y hacer una audición.
los ojos del persa se iluminaron y su emoción comenzó a desbordar.
mientras tanto, brian solo lo miraba, notando que era el mismo muchacho que estuvo con la señora jones, quizás era el hijo del que ella había hablado.
—¡por supuesto que si, querido! ¿cuál es tu nombre, cielo?
—roger, roger taylor, un gusto. —el muchacho estrechó su mano con freddie y john, y luego le tendió la mano al rizado.
este se puso pálido al escuchar aquel nombre y mucho más al ver la mano del muchacho.
observó que tenía la marca como si se hubiera quemado.
y entonces recordó el incendio en la iglesia.
roggie...
no eran solo coincidencias, estaba más que claro que era él.
—brian, brian may.
supo que la historia volvería a repetirse.
y pese a tener la oportunidad de escapar antes de tiempo no quería.
el rubio siempre logró tenerlo bajo su poder.
y esta vez no iba a ser la excepción.
¿Fin?
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religious boy || maylor
Fanfictionbrian es un chico de dieciséis años que toda su vida ha vivido para servir a su dios y obedecer a sus padres. roger es un chico de catorce años que llega para destruir todo eso.