sábado de gloria.
roger entraba a su casa con una sonrisa en su rostro imborrable.
había pasado todo el día junto a brian. desde ir al cine juntos hasta quedarse mirando las estrellas en el parque acostados en el césped.
había sido un día muy lindo, más aún porque brian le había propuesto ser su novio. es imposible expresar la felicidad con la que roger dijo aquel "si" y luego se tiró a los brazos de su ahora novio para llenarlo de besos y abrazos.
—brimi y yo ahora estamos juntos... —se dijo a si mismo mientras tocaba sus labios donde los de aquel rizado habían estado incontables veces.
roger se había encargado de que brian se olvidara al menos por una hora de anita y de su desaparición. odiaba que la muchacha tuviera toda la atención del mundo no solo viva sino también muerta.
porque muy pronto sería el centro de atención,
pero tampoco podía quejarse, brian había disfrutado mucho de aquel día y lo había llenado de besos y cariñitos como tanto le gustaban. realmente había sido un día muy bonito, pero debía disipar esos pensamientos y ahora poner sus ojos en su presa que estaba encerrada en su infantil e inocente casita del árbol.
—¿qué hacer a estas horas llegando?
la voz de michael lo sacó por completo de sus pensamientos y estos se esfumaron como si de cenizas se tratasen cuando una correntada de aire las ataca.
—¿ahora te preocupas por mi? ¿dónde estuviste estos catorce años cuándo te necesité? no me jodas, michael. —soltó sin importancia. no iba a dejar que aquel hombre arruine su día y lo poco que quedaba de este antes de cubrirse con las sábanas y caer en los brazos del dios morfeo.
la poca valentía que le quedaba se disipó cuando su cuello fue aprisionado por las falanges de michael que amenazaban con cerrarse y prohibirle la respiración hasta que sus pulmones se cerraran y cayera desvanecido en el suelo por la falta de oxígeno.
—escúchame una cosa, niñato, ¿quién fue el que te mantuvo todos estos años? yo, maldito error, yo fui quién te estuvo manteniendo. ¿y sabes por qué lo hice? por tu madre, porque nunca dejó de molestarme con sus insistencias rogándome que continuara pagando tu educación y no te dejara tirado en la calle. si no fuera por mi, ya hubieras sido hombre muerto desde el primer momento. así que te conviene no insultarme ni faltarme el respeto porque la próxima no tendré consideración ¡y no voy a pagar tu maldito funeral cuando te mate!
cerró sus ojos cuando aquel hombre escupió aquellas palabras tan fuertes en su rostro haciéndolo temblar hasta el último músculo de su cuerpo.
su cuello fue liberado y michael abandonó la sala subiendo las escaleras para así irse a dormir de una buena vez por todas.
roger tocó la zona donde aquel monstruo lo había dañado e intentó hacer ejercicios de respiración para que sus pulmones volvieran a abrirse y le dieran el paso al oxígeno que en cuestión de segundos se había marchado.
miró la figura de michael subir las escaleras y se prometió a si mismo que en cuanto aquel hombre estuviera despistado y el tuviera el valor suficiente para hacerlo, acabaría con el destrozando cada tejido de su piel hasta dejar su cuerpo totalmente mutilado y sin posibilidades de vivir.
la inocencia que michael le había arrancado cuando tan solo tenía cuatro años aquella noche iba a arrancársela de la misma forma que aquel hombre lo había hecho solo que en vez de afectarlo psicológicamente dañaría todo su cuerpo hasta arrancarle lo último que le quedaba de piel.
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religious boy || maylor
أدب الهواةbrian es un chico de dieciséis años que toda su vida ha vivido para servir a su dios y obedecer a sus padres. roger es un chico de catorce años que llega para destruir todo eso.