❝sex❞

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—¡hijo de puta! ¡me asustaste! —exclamó el rubio con sorpresa mientras se colocaba su playera que cierto rizado le había quitado.

—¡debieron haber visto sus caras! —el muchacho de dientes prominentes no dejaba de reír una y otra vez al ver como los dos adolescentes estaban hechos unos tomates y sus expresiones reflejaban miedo.

—no vuelvas a joder con eso de nuevo, freddie. —recriminó el de ojos celestes con molestia.

mientras tanto, brian tenía la cabeza gacha y estaba muy avergonzado. cayó en la realidad y aquel sentimiento de culpa volvía para apoderarse de su mente.

—así que... ¿este es el chico del que tanto me hablabas? —inquirió el pelinegro.

—¿qué le dijiste sobre mi? —brian por fin habló y levantó su mirada conectándola con la del rubio.

—nada del otro mundo, bri. solo que me parecías sumamente atractivo. —contestó como si nada roger y salió del cubículo.

brian tragó en seco poniéndose aún más rojo ante aquella respuesta e imitó la acción del rubio.

—queridos, entiendo que estaban con las hormonas por las nubes, ¿pero aquí? ¿en serio? huele horrible, ¿acaso quieren contraer sida? —bromeó el moreno mientras soltaba risas. pero la pareja de adolescentes no emitió ni "mu". —¡que descortés de mi parte! ¡no me presenté! freddie, freddie mercury, cariño. —volvió a hablar el muchacho mayor que ellos a la vez que estrechaba su mano con el rizado.

—bri-brian may. —respondió cortesmente estrechando su mano con el tal freddie notando como este tenía algunos anillos en las falanges proximales de sus dedos.

—¡ay, roggie, es un amor! —expresó freddie con emoción y soltó un pequeño chillido.

—si, si, lo que tu digas. —contestó el rubio rodando los ojos. —¿qué hacías por aquí? te dije que esperaras en la puerta de la iglesia. —preguntó aún molesto ya que su amigo había interrumpido aquel "momento" que estaba a punto de tener con el chico más alto

—oh si, lo olvidé, lo siento. es que tus padres me dijo que ya nos íbamos. ¡tengo hambre, rogelio

—no vuelvas a llamarme así, ¿escuchaste? —espetó taylor.

—ya, ya, lo siento. ¡pero vamos, apúrate! ¡estoy muriendo de hambre!

—diles que ya voy, que estoy descompuesto. —inventó una excusa para que el pelinegro le dijera a los señores taylor.

—rubia astuta. está bien, pero no te tardes. adiós, brian, un gusto conocerte. —saludó el pelinegro y luego salió de los baños dejando de nuevo a los dos adolescentes solos.

—¿en qué estábamos? —preguntó con picardía el rubio acercándose una vez más al rizado quien tenía la mirada perdida pero que aún así reaccionó.

—roger... no... no podemos... —esquivó los labios del contrario y suspiró.

—¿ahora recién me dices eso? ¿cuando casi me desnudas? —se defendió molestándose por las actitudes de brian.

—¡no estaba pensando con claridad! —exclamó nervioso y suspiró. —roger... eres un hombre... s-soy un hombre... no pode-

—oh no, no vengas con las estupideces de tu tonta religión. ¿ahora eres homofóbico? ¿después de que nos besamos y estuvimos a punto de hacerlo aquí mismo? ¿qué hubieras hecho si esto realmente hubiera pasado? ¿eh? contesta.

el ambiente estaba volviéndose cada vez más tenso y eso ambos podían sentirlo. la calentura que antes estaba presente se había esfumado por completo para ser reemplazada por la tensión que se había generado entre los dos.

religious boy || maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora