❝octo❞

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domingo.

día del señor.

brian había terminado de tomar el té con su familia como era de costumbre todos los domingos y salió de su casa para ir a buscar a john.

cuando estuvo frente a la puerta de la casa de su amigo tocó y en unos minutos la señora deacon había abierto la puerta con una sonrisa.

—le diré a johnny que estas aquí.

—gracias, señora deacon. —respondió con amabilidad brian y luego la mujer se dirigió al interior de su hogar.

brian pudo escuchar como la madre de su amigo llamaba a este y luego se escuchó un "ya voy mami" proveniente de john.

luego de unos segundos, el menor ya estaba saliendo de la casa.

—¿nos vamos? —preguntó deacy luego de saludar a su amigo y colocarse su abrigo.

—andando. —estableció y luego de despedirse de la madre de john, comenzaron a caminar hacia su iglesia.

—¿alguien más viene a ayudarnos a limpiar? —quiso saber john mientras caminaban por la vereda de las calles de su ciudad.

—uhm... le dije a rog que viniera. —contestó el más alto.

—brian... sabes que roger a veces me intimida... —masculló con vergüenza.

—tranquilo, es diferente ahora. además, sabes que siempre estaré para cuidarte, ¿no? —brian le sonrió con tranquilidad.

—si, lo sé. gracias. —respondió devolviéndole la sonrisa. —confío en ti.

—¿y qué hay de freddie? ¿se llevan bien? —brian cambió de tema.

—es agradable. iremos a su casa a tomar algo luego de la escuela. tiene muchos gatos y quiero conocerlos. —respondió john con emoción.

—¿no eres alérgico a los gatos? —inquirió soltando una pequeña risa.

—si, pero ya me las arreglaré. —respondió riendo igual.

brian negó con su cabeza riendo y siguieron caminando hasta llegar al templo. estaba abierto y el padre miller ya les había dejado todos los productos de limpieza preparados así que no tardaron en comenzar a barrer todo el lugar.

brian guardó la llave del templo que estaba en un banco en el bolsillo de sus jeans para no olvidarsela y siguió barriendo para luego comenzar a pasar el trapo por el suelo previamente mojado en un balde que contenía agua y desodorante para piso con fragancias de flores blancas.

john hizo lo mismo y ya se encontraban trapeando el suelo del templo mientras tarareaban una canción de elvis y bailaban al ritmo de esta.

—¡ya llegó por quién lloraban, bellezas!

brian y john se dieron vuelta en dirección a la puerta del templo y vieron entrar a freddie junto a roger. el primer mencionado se dirigía a ellos con su paso tan particular y el otro lo seguía con una pequeña sonrisa.

—freddie, que bueno verte de nuevo. —saludó john con una sonrisa de oreja a oreja.

—a mi también me alegra verte otra vez, corazón. —freddie devolvió el saludo con la misma sonrisa y luego se dirigió a brian. —brian, cariño, ¡cada día más alto! —bromeó y los cuatro rieron.

—también me alegra verte, freddie. —dijo de forma sarcástica el rizado y luego llevó su vista al rubio. —hola, rog.

—iba a venir solo, pero freddie se coló a último momento. —explicó roger con timidez y dejó un beso en la mejilla de may lo cual lo hizo enrojecer hasta las orejas.

religious boy || maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora