❝unus❞

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—hemos finalizado la santa misa, vayamos en paz.

—demos gracias al señor. —respondieron todos los fieles en aquel templo para luego ir saliendo del lugar junto al sacerdote.

hizo una reverencia a la cruz que tenía a sus espaldas y luego se dispuso a ir a la sacristía. un lugar donde se revisten los sacerdotes y donde están guardados los ornamentos y otras cosas pertenecientes al culto. al llegar a esa habitación se quitó su toga junto con el alba y las dejo en una silla estiradas.

salió de la sacristía y se dirigió al altar donde tomó el cáliz junto al copón y volvió a la sacristía para guardar estos dos objetos en un armario de caoba con un espejo gigante en cada una de sus puertas.

suspiró un poco agotado y recién eran las doce del mediodía. había tenido que estar en las dos misas del domingo y eso lo cansó un poco. pero su fé y amor a dios eran más grande. 

salió de aquel lugar y se caminó por toda la iglesia hasta salir donde estaba el sacerdote saludando a varias personas. 

—buenos días, brian.

—buenos días, señora brown. —respondió cortesmente el ruloso a la anciana que le sonreía.

—hola, brian. —un anciano se acercó a saludarlo y ambos estrecharon sus manos.

—buenos días, señor moore. —dijo con su característica sonrisa.

brian may, un chico de dieciséis años es monaguillo en la iglesia inmaculada concepción de su ciudad. desde pequeño ha participado en todos los eventos que su parroquia a ha realizado y siempre ha estado al servicio de su dios. es por eso, que la gente que acudía a misa -la mayoría ancianos-, lo conocían desde hace años. además, sus padres eran coordinadores en la iglesia.

—disculpe que lo moleste, joven. —se dio la vuelta al escuchar la voz de una mujer y sonrió al ver que se trataba de su vecina y su esposo que vivían en frente de su casa.

—señor y señora taylor, que bueno verla por acá, ¿qué se le ofrece? —si había algo que había que destacar en brian era su cordialidad. es un chico muy educado y respetuoso. era aún más querido por eso.

—mi esposo y yo queremos hace mucho tiempo bautizar a mi hija, es ella. —la mujer rubia llevaba en brazos una bonita bebé de al rededor uno cinco meses con algunos mechones rubios en su cabecita. —se llama clare y tiene cinco meses, ¿usted podría ayudarnos?

—por supuesto, llamaré al padre miller. espernme aquí. —contestó con una sonrisa y se dirigió al sacerdote que charlaba con algunas personas. —padre miller, hay unas personas que lo buscan.

—claro, discúlpenme ya vuelvo. —el sacerdote se dirigió hacia donde brian iba.

—padre, ellos son... 

—winifred y michael taylor, un gusto. —respondió la mujer con una sonrisa y la pareja estrechó sus manos con la de aquel sacerdote.

—estamos aquí porque queremos bautizar a nuestra hija, clare, padre miller. —explicó michael taylor.

—tomaron una hermosa decisión, acompáñenme a la secretaría. —contestó el hombre de tercera edad con una gran sonrisa y comenzó a caminar hacia la secretaría que la iglesia tenía.

la pareja los siguió y brian también ya que tenía que ayudar al padre miller.

—ya voy, espernme. —avisó la mujer. —¡meddows! ¡ven ya y deja a esas pobres aves! —exclamó la mujer quien al parecer llamaba a un muchacho que estaba persiguiendo a las palomas por todo el patio de la iglesia.

religious boy || maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora