❝quinquedecim❞

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—¿señora austin? adelante, puede pasar.

—gracias.

〘 ✞ 〙

despertó, abriendo lentamente sus ojitos, quejándose al sentir los rayos del sol golpear su rostro, pero inmediatamente una sonrisa se formó en su rostro al ver en frente suyo a su enamorado, quien aún estaba durmiendo plácidamente.

observaba como sus orbes estaban cerrados, sus pestañas descansaban en sus párpados, y sus labios estaban levemente abiertos.

—bri, cariño... despierta, vamos... —musitó el rubio, riendo al ver como su amado se quejaba y le pedía quedarse dormido unos minutos más. —deja de quejarte, vamos... tengo mucha hambre...

—está bien, está bien... —roger celebró ante la respuesta de brian, sabiendo que no iba a tardar mucho en convencerlo ya que el mayor sabía como se comportaba cuando tenía hambre.

—gracias, te amo, ¿ya te he dicho que eres el mejor? —mencionó el rubio, dándole varios besitos al de rizos, riendo al notar que se había sonrojado, y luego decidieron ir al comedor para desayunar.

—puedes ir colocando la mesa, yo prepararé algo. —propuso brian, a lo que su novio asintió, y se dedicó a poner un mantel en la mesa, unas galletas y unas tazas.

habían pasado dos meses ya de la muerte de su progenitor y no sentía ni la más mínima pizca de culpa. de hecho, se sentía mejor que nunca y se sentía realizado, satisfecho.

sin embargo, su madre aún se encontraba muy dolida, pese al miedo que siempre le había tenido a michael y que nunca lo amó, lo sucedido le pegó como un balde de agua fría, y aún no podía creer lo sucedido.

es por esto que la familia de brian los acogió en su hogar, para que no estuvieran viviendo en esa casa, y claro, roger no podía estar más contento por eso, llevaba dos meses conviviendo con brian y se sentía más seguro, más acompañado y ya no estaba tan solo como antes.

además, esos dos meses habían sido muy tranquilos, creyó que el padre miller iba a declarar algo pero no fue así, y jamás fue sospechoso de nada, todo iba de maravilla.

 —rog, estaba pensando ir en un rato a la iglesia, quería pedir por mi abuela, sabes que está muy mal de salud, ¿quieres acompañarme? —mencionó el de rulos, mientras servía un poco de café en la taza del rubio.

—por supuesto que si, brimi. ya verás que tu abuela va a mejorar muy rápido, ella es una mujer muy fuerte. —afirmó taylor, y luego se inclinó para besar unos segundos los labios de su amado, y siguieron desayunando solos ya que los padres de brian estaban trabajando, winifred también y clare estaba en su guardería.

al pasar unos minutos terminaron su desayuno, lavaron todo lo que habían utilizado para después ir a la habitación del mayor y vestirse.

una vez ya listos salieron de la casa de los may, y fueron caminando al templo, y durante el camino roger se encargó de animar a su amado con bromas, besitos, abrazos y demás al notar que estaba bastante desanimado por el tema de su abuela.

cuando llegaron, los dos fueron a sentarse a unos bancos del templo, y mientras roger miraba la estructura de aquel lugar, brian rezaba y recitaba algunas oraciones.

el rubio observó que a unos pocos metros estaba el confesionario, y en este se encontraba paul, y del otro lado el cura.

disimuladamente, sin que brian se diera cuenta se levantó del banco, caminando hacia el confesionario aprovechando que mccartney estaba muy concentrado contándole al cura sus penas y no lo estaba viendo.

religious boy || maylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora