Capítulo 2

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«— Primera ley de guerra.— decía el coronel Dan. — Nunca dudes en matar a tu enemigo.

Caminaba con firmeza, con aquella botas sucias del lodo por el campo de entrenamiento.

— Segunda ley de guerra.— su voz grave y profunda mantenía la atenta atención de todos los reclutas.

— No confíes en nadie.— dijo Morningstar.»

—¡Tía!— gritaba una rubia de menor estatura con una sonrisa al ver a su tía sentada en la sala de música de la mansión Morningstar.

—Hola Charlie. Creo que se porque estás aquí ¿verdad?— la cargo entre sus brazos con una sonrisa.

—Quiero escucharte cantar nunca te he escuchado la verdad.— dijo bajando su mirada levemente.

— Jeje...— río levemente con nerviosismo. —Esta bien— soltó rendida —, pero no le digas a tu padre.— dijo tocándole con su dedo índice la nariz de la menor.

—Si tía T/N, lo prometo.— dijo poniendo su mano en su corazón.

—Okay pequeña. Vamos por el piano, el violin, la batería que más, ¡a si!— chasqueo los dedos haciendo aparecer aquellos instrumentos.

Dio un suspiro cerrando los ojos, al creer que nadie la veía. Nadie estaba ahí, solo ella y la música, una melodía que comenzó a sonar de fondo siendo por una batería, acompañado de un violín. Paso saliva remojando sus labios levemente. Hasta tener la letra en su mente. Exhaló el aire que contenía sacando las primeras letras de aquella canción.

—When she was just a girl. She expected the world. But it flew away from her reach. So she ran away in her sleep.— la voz de la mayor era hermosa, dándole una sensación de alegría a cualquiera que la escuchará.
—And dreamed of paradise. Paradise, paradise, paradise. Every time she closed her eyes.— las dulces notas que tocaba con los instrumentos que invoco acompañaba aquella melodía. Al terminar de cantar solo regreso su mirada a su sobrina con una sonrisa.

— Estuvo fantástico tía.— dijo tan alegre su sonrisa no podía ser más grande al escuchar a su tía T/N cantar.

—Veo que no te gusta que te escuchen ¿verdad?— se acercó el sujeto de piel blanquecina con una sonrisa enorme.

—Nos escuchaste, caray.— dijo la menor de cabellos negros con un leve sonrojo en sus mejillas.

—¿Enserio aún seguirás sin decir una palabrota?—dijo un poco decepcionado.

—Nunca lo sabremos, tal vez si o ¿no?— se encogió de hombros. Por un segundo se mantuvo en silencio hasta que le llegó por la mente de T/N una manera de molestar a su hermano.
— Lucero.— dijo entre una pequeña risa.

—No vas a empezar con eso ¿verdad?— dijo un poco fastidiado.

—Claro que no, Lucero.— dijo con sarcasmo, tomando en brazos a Charlie. —Puedo salir a jugar con ella en el jardín o te diré Lucero.— dijo con una sonrisa burlona.

—Carajo contigo enserio me llevas hasta el huevo de tus mamadas... Espera ¿qué?— pensó por un momento lo que dijo su hermana menor. —Bueno si pero solo será en el jardín.—

—Eso es lo que dije.— dijo dándole la espalda, rodando los ojos con ironía. —Bueno lista pequeña princesa.— dijo extendiendo sus cuatro alas blancas, aunque ella se clasifica como un ángel no arcangel.

—Claro tía.— sonrió con esplendor la pequeña dándole ternura a T/N.

Salieron volando a toda velocidad dentro de la mansión Morningstar, T/N solo sonreía a la par que Charlotte. Al llegar al jardín comenzó a volar al cielo rojizo de Ciudad Pentagrama. En el aire Charlie y T/N reían de la felicidad que tenían ambas al estar juntas.

Un demonio extraño [Hazbin Hotel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora