CAPÍTULO 3

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"final de la lluvia"

- 5 de Abril -

Una fuerte lluvia se desató.

No mucho después del medio día, Ferrum junto a su "compañera" fueron atrapados por una fuerte tormenta, con su vista borrosa por la lluvia el busco un lugar que pudiera protegerlo del clima desafortunado. No tuvo que buscan mucho antes de encontrar una iglesia, sabía que eso no era la mejor opción debido a su "trabajo" pero no tenía alguna otra elección, por lo que con una orden corrieron rápidamente hacia ella.

El sabía que la iglesia no era como el monasterio, ya que le proporcionaba alojamiento y alimentos a los viajeros que no poseía un lugar donde quedarse, sin embargo, no importaba la buena voluntad que la iglesia tuviera, no permitirían a un hombre que poseía una esclava caminar por sus jardines, aun así Ferrum corría con la suerte de que dependían de las donaciones de los viajeros para seguir operando, por lo que si daba una buena donación, de seguro harían la vista gorda.

Gracias a eso cuando hicieron su llegada repentina, la iglesia no los rechazo por su llegada, Ferrum se encargó de darle una monedas extras para evitar preguntas inesesarias, y que les dieran la bienvenida.

Ferrum junto a su "compañera" pasaron tras los portones de la iglesia y gracias a sus habilidades de negocios logro tomar prestado una habitación. Cuando terminó de hablar con los monjes, regreso a su habitación.

Hay la encontró a ella, parada en medio de la habitación mientras de sus prendas y cabello húmedos goteaba sobre el suelo al piso de madera, al parecer ella no se había movido para nada desde que ingreso al cuarto y solo se quedó hay parada esparando alguna orden.

Tomando la toalla que estaba envuelto sobre su cuello se la arrojó mientras le ordenó "secate".

Sin darle más importancia a la esclava, Ferrum se despojo de su gabardina para luego sentarse sobre la cama mientras en su mente se quejaba de la incomodidad, aunque debía estar agradecido de poder descansar al menos en una.

Su mirada viajo a la esclava, solo para encontrarla de espalda desnuda, ella secaba su largo cabello plata mientras las gotas caían por su delicada piel, por primera ves desde que empezó a viajar con ella, Ferrum pudo distinguir su cuerpo, no estaba interesado en el cuerpo de la mocosa, solo le llamaba sus cicatrices, era rojas y poseía una grande cerca del vientre, perdiendo el interés llevo su mirada al suelo.

- mocosa -

Dijo al aire mientras miraba el piso de madera, aunque sea una esclava, merecía su dignidad de dama.

- ¿Si, señor Ferrum? -

- tus quemaduras.....¿el agua fría de la lluvia no las refresco? -

- ¿Mis quemaduras? -

Hubo un silencio que era opacado por el ruido de las gotas de la tormenta que golpeaba la ventana de ese cuarto mientras la esclava pensaba cuidadosamente una respuesta a su pregunta.

- ya no me arden, son viejas por lo que dejaron de molestarme hace mucho tiempo -

- veo - Ferrum

Dijo con vos tranquila, pero en el fondo no podía dejar de estar algo angustiado, ¿Realmente el hombre con el que había hecho negocios tanto tiempo le hizo eso a una niña? Sabía de la crueldad de ese hombre, pero asta el creía que debía poseer un límite para esa misma crueldad, pero lo que le hizo a la mocosa no era un castigó, era por diversión y el sabía perfectamente eso.

TEACHING FEELING: Silver DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora