Cortejo

Día 5

Día 5: Comestible

"En la antigüedad, había algo que ningún mago hacía. Comer lo que le ofrecía un extraño. Era una cuestión de confianza en épocas en que las personas que poseían magia resultaban cazadas; comer lo que otro mago te ofrece es confiar en él. Preparar algo para otro es esperar que confíe"

Sirius aguardó un momento, en caso de que la figurilla de chocolate fuese a deshacerse. Como no sucedió, comenzó a saltar y agitar los brazos, replicando ese baile tonto que hacía cuando le ganaban al equipo de Slytherin.

—¡Soy el mejor! ¡Soy el mejor, soy el mejor, soy el mejor…!

Escuchó un carraspeo y decidió cambiarlo a:

—¡Somos los mejores, somos los mejores…!

Extendió el brazo y chocó los cinco con un no tan entusiasmado Regulus. Al notar su falta de emoción, se quejó, agarró sus dos brazos, y lo jaló hacia él.

Lily los vio realizar una complicada secuencia de palmadas rítmicas y golpecitos con los brazos, hasta que uno erró y Sirius volvió a protestar.

—Era arriba-abajo-arriba-abajo-derecha-izquierda-abajo.

—No, era arriba-abajo-arriba-abajo-izquierda-derecha-abajo —corrigió Regulus, haciendo que su hermano frunciese el ceño.

—No.

—Sí.

—No.

—Sí.

—Que no.

—Que sí.

—¿Eso es…un saludo secreto? —preguntó Lily, interrumpiendo su disputa. Le había tomado tiempo recordar que Petunia solía tener algo similar con una de sus compañeras de clase.

Sirius esbozó una gran sonrisa y le echó un brazo sobre los hombros a su hermano menor.

—¡Lo tenemos desde hace mucho! Pero estamos fuera de práctica, ¿no, Regi?

—Supongo —Regulus se mantuvo quieto, incluso cuando Sirius frotó la mejilla contra la suya con brusquedad.

—¿Por qué dejamos de usarlo, eh? Es bastante bueno…

—Dijiste que era ridículo.

Sirius se detuvo y arrugó el entrecejo.

—¿Yo dije eso?

Regulus asintió.

—¿Cuándo? —Sirius lucía incrédulo—. No recuerdo haber dicho eso.

—Fue cuando volviste a casa del primer año en Hogwarts, en el verano —aclaró Regulus, con suavidad—. Dijiste que era ridículo. Que James te había enseñado uno mejor.

Lily le dirigió una mirada de reprimenda a Sirius, que ni siquiera la notó. Él sólo abrió la boca, la cerró, la volvió a abrir, y lo repitió un par de veces, como si no estuviese seguro de qué manera reaccionar.

—Bueno…—Sirius titubeó, vio los "regalos" frente a ellos, y jaló a Regulus cerca de nuevo—. Lo practicaremos y mejoraremos, podemos hacerlo. Oh, creo que podríamos hacer que…

Sobre la mesa de la cocina, descansaba un bosque móvil hecho de chocolate y una diminuta caja con un conjunto de bebidas dulces en falsos frascos de pociones. Sirius continuó hablando, mientras probaban cada elemento, y luego separaron ambos obsequios, bajo las miradas curiosas y atentas de los elfos que querían ayudar y que Lily mantuvo lejos por ellos.

Los obsequios fueron entregados durante la tarde. Cuando Remus se encontró un bosque de chocolate en su mesa de noche, tuvo que contener la risa. Detrás de él, James quería tocarlo, y Peter hacía preguntas. Sirius señaló "amablemente" que los árboles se sacudían para saludar.

—Da lástima comerse eso —murmuró Remus.

—¿Lástima? —James arqueó las cejas—. ¿A quién le da lástima? Wormtail, trae-

Sirius presionó la palma completa contra su rostro y empujó su cabeza hacia un lado, silenciándolo antes de que enviase a Peter por cubiertos y platos.

—Es el regalo de moony, no vi que dijese "prongs". A ti nadie te quiere dar un regalo, acéptalo, Jamie.

James comenzó a quejarse contra la palma de Sirius. Le golpeó el brazo, Sirius se lo devolvió, y se pusieron a pelear, mientras Remus contemplaba el movimiento de los árboles de su bosque de chocolate, y pensaba en el inmenso parecido que tenía con el Bosque Prohibido y la zona alrededor de Hogsmeade.

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El regalo de Severus apareció en su reposabrazos, cuando estaba leyendo en la Sala Común de Slytherin. Tenía una nota que indicaba que era para él. Cada bebida era una de las recetas mágicas favoritas de los niños, desde refresco de grageas, zumo de calabaza, incluso malteada con leche de dragón. Él no había probado más que las que daban en Hogwarts.

Algunos estudiantes de Slytherin comentaron que había un chico sentado frente a la chimenea, que probaba bebidas de diminutos frascos y hacía todo lo posible por concentrarse en su lectura, en lugar de parecer demasiado feliz.