Día 2

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Día 2: Madera

"La madera es otro de los materiales más prácticos en la vida de un mago. Es un material noble. Puede ser dura, resistente, flexible, longeva. Es maleable. Puede convertirse en el canalizador de la magia"

Una de las mesas más alejadas de la biblioteca, oculta por algunos estantes y un par de hechizos colocados esa mañana, era utilizada por tres estudiantes.

De vez en cuando, Lily alzaba la mirada de su libro, para fijarse en lo que hacían. Regulus estaba concentrado en unir detalles minúsculos a la figura general, utilizando lentes y a su varita como un soldador. Sirius maldecía el mecanismo de su regalo, le daba un golpe en el costado, y luego se levantaba para abrirlo y echar otro vistazo.

—¿Por qué elegí esta mierda, Reg? ¿Por qué? Normalmente, uno va y le dice al otro que salgan, follen, y todo lo demás. Mira a James. James siempre anda detrás de Evans. Así se hace. ¿No habría sido más fácil perseguir a moony por seis años? Sí, claro que sí. ¿Yo lo hubiese hecho? No, porque se supone que yo era hetero. Yo me creía un maldito hetero. Ah, pero tenía que llegar moony, y tenía que llegarle la pubertad, y tenía que ser alto, y ser moony, y tener un culo que te hace marica, y ser asombroso, porque no podía ser normal y aburrido, no, tenía que ser una máquina voltea tazos-

—Necesito silencio —murmuró Regulus, frunciendo el ceño.

—¡Esta mierda no sirve!

Sirius lanzó su varita contra la mesa. Rebotó, cayó al suelo, y él respiró profundo. Después tuvo que rodear la mesa para recogerla y continuar reparando el mecanismo, mientras se quejaba en murmullos.

—Tienes que trabajar en ese carácter —mencionó Lily, con calma—. Remus es tan pacífico, no puedes esperar que salga contigo si maldices cada vez que-

Sirius había estado a punto de estrellar la pieza completa contra la pared más cercana, cuando la escuchó. Regresó su regalo a la mesa.

—Toma a tu hermano como ejemplo —Lily lo señaló—, ha estado trabajando en eso toda la mañana, no le ha salido bien y no he escuchado una sola maldición de su parte.

—Eso es porque Regi no sabe maldecir en voz alta —se burló Sirius, regresando a su propia tarea—, las cosas que dice son "cara de elfo" y "mago de cuarta".

—Y eso es bastante-

—Mientras que, dentro de su cabecita de serpiente, está repitiendo todas las cosas que dice nuestra madre cuando se enoja y que ni siquiera yo diría —completó Sirius, en el mismo tono conversacional.

Regulus esbozó una sonrisita, pero no paró de trabajar en unir las piezas de su obsequio.

—Lo importante es no decirlas en voz alta, ¿no? Así nadie escucha.

—No te dejes engañar —Sirius miró a Lily de reojo y bufó—, yo soy el de mejor carácter en la familia.

—No exageres, Sirius.

—¿Qué fue lo que me hiciste la última vez que molesté a Snivellus?

—¿No te lo tenías bien merecido? —Regulus no se inmutó—. Te dije que pararas de molestarlo. Dos veces. El tercer aviso tiene forma de castigo.

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