Corea del Sur.
2014.—No creo que esté bien escondernos aquí, Taehyung.
Bajé mi mirada, me encontré con un Hoseok que no dejaba de temblar mientras sostenía mi brazo con todas las fuerzas que, seguramente, su pequeño cuerpo le permitía. Sonreí.
—No tienes porqué preocuparte, nene. Estamos en el mejor lugar para resguardarnos lejos de los gritos de los profesores y el movimiento en los pasillos. Además -me tomé el tiempo de acariciar su rostro con lo más cercano a ternura que existe en mis toscos dedos- tengo algo importante que decirte, y no quiero que aparezca Yoongi a joderme las pelotas.
Finalmente lo ví reír de nuevo, un corazón muestra sus blancos dientes. Se abrazó aún más a mi brazo, exuda inocencia, y a mi me ronronea el corazón. Aproveché el lapso entre su alegría y la "terrible" vuelta a la realidad, para guiarlo al único lugar con sombra en la acalorada azotea.
Nos sentamos, uno al lado del otro, y el silencio reinó. Debo admitir que el miedo se estaba comiendo mi lengua. Los únicos pensamientos que rondan por mi cabeza son del tipo: "¿Y si me rechaza por ser hombre? ¿Qué haré cuando él se entere de que ya no puedo verlo como un simple amigo? No podría vivir si Hoseok me odiara..." Jamás voy a poder comprender qué está mal conmigo, en vez de disfrutar a la persona junto a mi, me pierdo abrumadoramente en las voces que giran y gritan dentro de mi cabeza.
Quizás Hoseok lo notó, porque, tomó mi rostro con ambas manos, obligándome a mirarle. Fuego, fuego. Mi rostro enardece, y mis pupilas delatan un brillo rabioso.
—¿Qué querías decirme, Taehyungie? —Rompió la turbulencia de mi trance en su mirada.
No me atrevo a hablar, no quiero hacerlo. Jung Hoseok me enseñó a amar la vida, y en el camino, terminé por enamorarme de él. Soy poco para ofrecer, desconozco la manera correcta de entregar en palabras éstos sentimientos que me vuelven loco y llevan su nombre. Mi cuerpo tomó el control. Puesto que es la única manera en la que sé transmitir mi alma, le besé con hambre.
No recibí rechazo de sus labios, sino inexperiencia y anhelo. No me empujó, buscó mi calor apegando su pecho al mío. Dios mío, éstas bocas fueron creadas para encontrarse. Tomé su cintura y profundicé mi viaje, extasiado, curioso, y lleno de orgullo al ser devorado con el mismo amor con el que me entregué.
Un grito acusador de la secretaría Yang lo rompió todo.
—KIM TAEHYUNG, POR EL AMOR DE DIOS Y EN NOMBRE DEL DECORO, LE EXIJO DETENGA ÉSTE ACTO HOMOSEXUAL PERVERSO.
Estúpido, estúpido, imbécil, debí haber sabido que la hora del almuerzo era también la hora de salir a fumar para los adultos indeseables como ella.
Mi cuerpo fué separado violentamente del de Hoseok, mi cabeza reventó contra el suelo, y mientras lo único que mis oídos podían percibir era su llanto desesperado, el mundo se volvió blanco y negro ante mis ojos.
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L'arte di Sorridere. [ vhope ]
RomanceKim Taehyung entrega su alma en cada una de sus esculturas, a sus espaldas susurran que su éxito se debe a que éstas manifiestan los sentimientos y expresiones faciales que él no es capaz de transmitir con su propio rostro. Se presenta indiferente y...