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Sábado 8:26

El peso de algo me hizo despertarme, no quería abrir los ojos, me había dormido tarde por ver una serie con Ale después de la fiesta y apuesto a que no había dormido nada.

Abrí mis ojos y mi primera vista fue el techo blanco de mi habitación y los rayos de luz que se reflejaban en ella. Me estiré para poderme despertar bien y trate de quitar el brazo y el pie de Ale, al lograrlo con el segundo sonreí pero al tratar de quitar el primero lo mantuvo ahí haciendo un poco de fuerza sin llegar a lastimarme

-¿a dónde crees que vas? - su voz se escucho ronca y me hizo estremecer de lo sexy que sonó.

-al baño-sonrió abriendo los ojos y le regresé la sonrisa, se veía tan guapo así, boca a bajo, con el cabello desordenado y solo con sus boxers porque según él dormía más cómodo así.

-ve pero regresa para acostarte-asentí y me dirigí rápido.

Al abrir la puerta y girarme para verlo lo sorprendí viéndome, se relamía los labios y me dedicaba su típica sonrisa sexy que me hacía derretirme.

-te ves guapísima con mi playera puesta- me sonroje con sus palabras y sonreí-deberías ponértelas más seguido

-en eso estoy de acuerdo- cerré la puerta del baño y suspiré aun con mi sonrisa a todo lo que da.

Hice del baño y me lavé los dientes, al terminar sonreí con mi reflejo, definitivamente Alejandro me hacía muy feliz, disfrutaba cada momento con él, estaba tan enamorada que hasta me daba miedo, le estaba entregando todo de mi pero sabía que no me iba a lastimar, era muy consciente de eso, estaba igual que yo de enamorado.

Salí del baño y lo vi esperándome boca arriba con su brazo en su nuca, no entiendo como tenía a este hombre aquí, conmigo desde hace mes y medio, era algo que no terminaba de entender, no era fea y según yo no soy de las chicas que llama mucho la atención, claro, si omitimos lo que pasó el viernes, parejas no había tenido y personas que supiera que les gustaba menos, hasta que llegó Ale.

Me acerqué a la cama y al subirme me puse a horcajadas de él haciendo que su playera no tapara mis piernas y se hiciera bolas en mi cintura aunque quedara holgada. Sonreí colocando mis manos en su pecho bajando hacia su boca y le di un beso, el colocó sus manos en mi cintura y sonrió a medio beso

-¿te he dicho lo mucho que me gustas?-sonreí alejándome un poco que él

-no-negó sin dejar de sonreí

-pues créeme cuando te digo que me gustas demasiado Ale-le acaricié su mejilla y él se incorporó viéndome fijamente a los ojos, deje de mover mi pulga sobre su mejilla y mi sonrisa se esfumó, hablaba más en serio que nunca. Ale tomó mi mano que estaba en su mejilla, beso mis nudillos, sonrió y empezó a hablar.

-y a mi también me gustas demasiado, hasta estoy locamente enamorado de ti-sonreí más alegre que nunca, sentí las mariposas en el estómago que desde que estaba con él empecé a sentir

-y yo estoy locamente enamorada de ti Ale-me tomo de la nuca y me acercó a él pegando su frente con la mía y cerró los ojos un momento, respirando lentamente, al abrirlos capturaron los míos, verlos tan cerca me causaban sensaciones indescriptibles, Ale era la única persona que podía causar tanto en mi, con unas simples palabras podía destrozar mi corazón o podía hacerme la persona más feliz del universo.

Acortó la distancia entre los dos y me beso de una manera tan pasional que pude haber caído sino hubiera estado encima de él sentada. Coloqué mis manos rodeando su torso, tratando de acercarme más a él si eso se podía, al moverme sonó un gruñido de su boca, paso sus manos a mi cintura y se alejó de mis labios para besar mi cuello

amante ocasionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora