El día iba avanzando con una sensación diferente, Nicolás quien era el guardián de Maira, le habían dado el día libre para que descansara después de tantos meses de servicio sin descanso. La joven de cabellera verde aburrida en su oficina sin tener aquella compañía silenciosa pero cálida, se mantenía en total silencio trabajando y soltando suspiros constantemente; las voces de las mucamas se escuchaban hablar por el corredor, lo más común sería salir a pasear e cruzar palabras con las personas, sin embargo, ella se abstuvo a permanecer encerrada.
La puerta después de tantas horas sonó, permitiendo la entrada a la persona detrás de ella, Frendel entonces entró dejando un bloque más de papeles los cuales debía entregar ese mismo día; la expresión de Maira estaba llena de estrés y molestia, desde que llegó al palacio solo trabajaba y dormía, lo mismo sucesivamente. Frendel al verla, prefirió salir lo más rápido antes de recibir la furia de la joven contra él.
El tiempo siguió avanzando, al igual que ella trabajando a una velocidad medio monstruosa por terminar e darse un pequeño descanso cuando la puerta volvió a sonar, llegando a la ligera sospecha de ser Alexander esta vez quien tocaba; para su sorpresa, al abrirla junto con un puchero, notó al príncipe Aldo con un ramo de flores compuestas de girasoles las cuales le entregaba.
Maira: Que susto, por un momento pensé que era Alexander con más trabajo...gracias por el detalle, son muy lindas.
Aldo: He notado que te están dejando a cargo de mucho trabajo, me imagino que estás agotada. Sobre las flores, son lindas pero no tanto como tú, hoy que las vi, me recordaron a ti, frágiles, dulces y radiantes.
Maira: Si, solo me queda trabajar si quiero un buen futuro...Ah~ (El príncipe tiene todos los requisitos para ser un excelente protagonista masculino, lamentablemente, solo es un personaje secundario) que linda forma de describir me, supongo.
Aldo: Maira...¿por qué no escapamos? Vayamos lejos del palacio, olvidemos todas nuestras preocupaciones aunque sea esta noche.
Maira: ¿Acaso quieres morir tan joven? Si Alexander se entera nos meteremos en severos problemas, aparte, hoy no está Nicolás aquí, sería peligroso.
Aldo: Señorita Maira, no le tengo miedo a Alexander, aparte es malo estar tanto tiempo encerrados; solo por hoy, permítame invitarla al festival nocturno de la ciudad, la cuidaré bien.
Maira dudo durante unos minutos pensando en las posibilidades, los peligros y las consecuencias de tal acción, pero en fin de cuentas aceptó ir; sonriendo y asintiendo la cabeza, Aldo se emocionó sin hacer tanto escándalo teniendo en cuenta que su hermano podría escuchar.
Aldo: Perfecto, entonces mandaré un personal especial a tu habitación para que entregue un cambio de vestimenta y te acompañen por la salida secreta, nos vemos.
El tercer príncipe se retiro de la oficina observando a los alrededores y saliendo rápido, mientras Maira colocaba las flores en un jarrón pequeño e volvía a seguir trabajando.
Solo paso media hora cuando se levantó con cuidado acomodando los papeles y saliendo discretamente, lo inesperado fue toparse de frente a Frendel quien la veía actuar raro.Frendel: Señorita Maira, ¿ocurre algo?
Maira: Oh, no, no, solo iba a mi habitación para cambiar de zapatos e cubrirme con una manta, en la noche suele hacer frío y aún queda mucho trabajo pendiente.
Frendel: Es correcto, si gusta puede dejarlo para mañana lo que tenga pendiente, será mejor que descanse.
Maira: Agradezco la preocupación pero no quiero atrasar el trabajo, mañana llegará más y se puede poner de mal humor el príncipe.
ESTÁS LEYENDO
Salvando al Protagonista
Fantasy-" Cuando dije que no me gustó el final, no me refería a que tenía uno en mente"- Chwe Seung es una estudiante finalizando la semana de exámenes, sin embargo, por estar distraída leyendo una novela mientras camina por las calles, termina en un trági...