Capítulo 21 - Traición

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No podía creer lo que estaba pasando, la estaba intercambiando a pesar de haberle prometido seguridad; tal vez simplemente estuvo jugando con ella y terminó poniendo en peligro a alguien más importante, las cosas comenzaban a ser más claras para la dama.

Maira: Solo te has aprovechado de mi, una joven frágil incapaz de cuidarse a sí misma aparte de ser incrédula...iré con Theodorus pero quiero que sepas que no lo hago por ti, sino por el señor Frendel.

Frendel: Señor Alexander considera de nuevo esto, yo ya viví una vida y la señorita apenas la va iniciando.

Alexander se mantuvo en silencio ignorando a ambos, dándole un leve empujón a Maira para que avanzara más rápido; así mismo, Theodorus espero que la contraria estuviera cercas hasta tomarla de la mano y patear al mayordomo al suelo dejándolo libre. Los dos jóvenes se fueron alejando subiendo a un carruaje de la familia del castaño, retirándose lo más rápido ahora que tenía a su prometida en manos; Frendel se puso de pie sacudiendose y observando molesto al príncipe.

Frendel: ¡¿Realmente la va dejar ir?! Ese hombre no está bien de cordura, la va obligar a muchas cosas; no lo entiendo, ¿de verdad no siente nada por ella?

Alexander: Frendel, no me cuestiones, el plan va a la perfección así que deja de hablar y comencemos a jugar.

Frendel: ¿A qué se refiere?

Alexander: Sabía que te iba a atrapar, por eso mismo te mandé solo, desde el principio esa era mi intención; ya que tiene a Maira, lo podemos acusar de secuestro y traición a la realeza. Dejemos que se confíe y juguemos a las escondidas, si los encontramos, asumirá las consecuencias.

Frendel con un rostro lloroso e orgulloso de su joven príncipe asintió con la cabeza a apoyar el plan, después de todo sabia que por dentro había un sentimiento escondido hacia la dama. Se apresuraron a subir en su carroza y seguirlos de muy lejos, sin ser notados.

En el carruaje de Theodorus, el ambiente iba empeorando...pues había una persona más adentro con ellos, Lorelay quien parecía bastante contenta al verlos juntos como una pareja verdadera.

Lorelay: ¿No es romántico? Al fin están juntos de nuevo, nada los separará esta vez, todo volverá a la normalidad.

Maira: Ya sabía que estarías involucrada en esto, Theodorus es solo uno más de tus peones, ¿verdad? Quiero hablar contigo a solas.

Lorelay: De acuerdo, Theodorus, ve con el conductor...nosotras necesitamos hablar a solas.

El conductor se detuvo con una señal de Theodorus a través de la ventanilla, abriendo la puerta y observando las algo inseguro de dejarlas solas; fue en eso que la mirada amenazante de Lorelay lo vio, provocándole miedo e cerrando la puerta como le indicaron. Una vez acomodados, el carruaje siguió en movimiento guardando un silencio entre ellas hasta que la dama de ojos esmeraldas habló primero, rompiendo el silencio.

Lorelay: Me duele que mi mejor amiga terminara traicionando me, te conté desde que éramos niñas que me gustaba el príncipe y lo primero que haces es meterte con él.

Maira: Deja de mentir, para ti todas las personas son solo peones de los cuales te aprovechas; aparte, tu no sientes nada por él, solo estás interesada en el poder de su título...

Lorelay: Que boca tan más habladora, debería terminar con tu vida cuanto antes ya que sabes tanto, pero tu ya no importa porque vas directo a tu prisión, tu muerte. Tengo tiempo suficiente para retomar mi destino modificado.

Maira: ¿Crees que no me doy cuenta que no eres Lorelay? Tus palabras y actitud desde el baile han demostrado ser distintas a las de ella.

Lorelay: Tampoco eres Maira, eres un alma que proviene del exterior, lo sé desde el principio.

Maira: (¿Sabe del otro mundo fuera del libro? ¿Acaso también viene de allí?)...tú, ¿cómo sabes de dónde vengo?

Lorelay: No puedo decirte todo, hasta que mueras te diré, porque los muertos no hablan.

La joven castaña comenzó a reír ante la conversación demostrando divertirse con la peli verde, lamentablemente era momento de despedirse, dando leves golpes en la ventanilla hasta que se detuvieran para bajar despidiéndose de forma peculiar.

Lorelay: Adiós Maira, espero que la próxima vez que te vea estés bajo tierra; felicidades joven Theodorus por su reconciliación, le deseo amor hasta que la muerte los separe.

Maira: (Maldita, solo está esperando con ansias mi muerte y eso me provoca luchar más...no necesito de ayuda, saldré de mi situación por mi propia cuenta, solo debo dejar que se confíen)

Theodorus entró de nuevo adentro cuidando de Maira hasta llegar a unas ruinas entre el bosque profundo en las afueras de Raolet, ahí se veía una torre en perfecto estado con solo una ventanilla arriba. Cuando llegaron, la cargo hasta adentro donde había unas sirvientas quien le ayudaron a cambiarse de ropa, poniéndole un vestido blanco de novia con encajes dorados e de dos piezas; similar a un top por arriba, en cuanto en la parte de abajo, era una clase de falda que colgaba tela a los lados. Fue peinada y maquillada como si de verdad se fuera a casar, claro que todo era parte de la fantasía de Theodorus o eso quería pensar.

Theodorus: Ahora que ya estás lista, permaneceras encerrada arriba hasta que llegue el sacerdote del otro reino y nos comprometamos. En nuestra primera noche, quiero experimentar de todo, luego quiero tener cuatro hijos contigo.

Maira: Ah~, que sueño tan más enfermizo hasta se me revuelve el estómago.

-: ¡Señorita, ¿qué cosas dice?! Es muy afortunado de tener al señor Theodorus como futuro esposo, muchas damas se le han declarado y terminan con el corazón roto. Sin embargo, la escogió a usted.

Maira: ¿De casualidad no saben el nombre de aquellas damas? Digo, para buscarlas y decirles que se los regalo.

Theodorus: Aunque me regales, volveré a ti cueste lo que cueste...porque solo te amo a ti, Maira.

Camino hasta ella, inclinándose y besando las manos de la contraria, manos que se sacudió en el vestido asqueada e dándose la media vuelta; este aprovecho para volver la a cargar subiendo escalones hasta el piso de arriba que estaba hecho como una clase de celda, ahí adentro la dejo sobre una cama con flores colocándose sobre ella y oliendo el aroma de su cabello.

Theodorus: No creo poder controlarme de aquí a casarnos, Maira...Maira, déjame hacer esta noche inolvidable.

Maira molesta ante esa forma de tratarla, le golpeó con su rodilla en el estómago provocando sofocar al contrario y empujarlo al suelo, negando aquellas palabras.

Maira: Entiende esto Theodorus, yo no te amo y nunca lo hice, todo lo de nuestro matrimonio fue solo un acuerdo familiar de finanzas. No tengo ningún sentimiento por ti.

Theodorus: Ugh~, ¿por qué yo no, pero si aquel príncipe?

Maira: Eso no es de tu incumbencia, no tengo porque hablar de eso contigo.

Theodorus: Entonces no tengo otra opción que marcarte hasta que pierdas toda esperanza sobre él.

La luz de la torre se fue, quedando en completa oscuridad mientras los gritos desesperados de la joven resonaban en la torre pidiendo  ayuda o que se alejara el contrario; así como Lorelay había dicho, esa era una prisión, un espacio de dolor. A la mañana siguiente su cuerpo estaba agotado e lleno de marcas por los labios de Theodorus, nunca hubo un acto profundo, solo caricias e besos hasta que se casaran.

Fin del capítulo.

Salvando al ProtagonistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora