Aquel hombre mayor de cuerpo desarrollado, cabellera pelinegra y ojos morados como joyas, entró con cierta prisa observando con la ternura luz que pasaba por la ventana la figura de su hija trabajando; cerro sin girar la puerta, quedando a solas con ella, brotando algunas lágrimas de los ojos.
Maira: Príncipe, acaso se le olvidó alg...¿Padre? ¿Qué haces aquí?
Stola: ¿Cómo puedes preguntar eso? No sabes lo preocupado que estaba, el príncipe me envió una carta diciendo que habías enfermado pero no permitiría visitas, tenía tanto miedo de perderte...hija, no sabía nada de ti desde hace un mes, ¿cómo te encuentras ahora?
Maira: (Ah~, ¿por qué le dijo? Solo lo preocupó, aunque es extraño verlo llorar)...Tranquilo padre, solo fue un pequeño colapso por preocupaciones sin sentido, me siento mucho mejor ahora; por cierto, no te ves bien llorando.
Es cierto que no llevaban la mejor relación, después de todo, siempre tuvo consciente que Stola nunca fue su verdadero padre pero aún así, había una parte de Maira que no deseaba dejarlo en ese estado; soltando unas tiernas risas saco de uno de los cajones un pañuelo, ofreciendo lo para el contrario, no lo hacía por él o ella, sino por la original que de seguro se podría herir al verlo en tal estado.
El señor Stola aceptó el pañuelo limpiándose el rostro, en general los ojos, seguido de tomar la mano de su hija aún con una expresión melancólica.Stola: Se que no he sido el mejor padre para ti, desde que eras pequeña nunca te he dedicado el tiempo adecuado para desarrollar tu crecimiento; siempre estuve encerrado, metido en el trabajo para darte todo lo que desearás...pero sigo siendo tu padre, no podría cargar con otra perdida, querida.
Maira: Papá, no tengo resentimiento ni nada negativo contra ti; siempre he apreciado tu arduo trabajo por mantener mis caprichos e deseos, por eso también quiero dar todo de mi, es una forma de pagarte por estos años.
Stola: No necesito que me pagues nada, el simple hecho de haberte tenido es el pago suficiente; quiero hablar contigo sobre lo sucedido con el compromiso arreglado. Cuando era joven, tu abuelo era el dueño de un pequeño pero famoso local de trajes para damas, tu madre, pertenecía a la familia del local de accesorios para damas; nuestras familias querían unirse pero no confiaban en ellas mismas, por eso se recurrió al compromiso arreglado, nos unieron sin estar de acuerdo. La noche del día de boda, tu madre se encerró en el cuarto de baño para llorar mientras yo solo me quedé dibujando ideas sobre nuevos vestidos en los cuales trabajar, me tenía miedo; no tenía intenciones de obligarla a nada, y ya que se solía esconder, decidí encerrarme en el cuarto de estudio. A los meses iba y dejaba comida en la puerta, fue así como hicimos nuestros primeros contactos, luego comenzó a entrar dejando los materiales que pedía, con el pasar del tiempo trabajábamos, jugábamos e incluso nos llegábamos a dormir ahí; cuando falleció y dejó a una niña pequeña no lo podía creer, me negaba a creer lo, aunque quería ser fuerte una parte de mi sentia que en cualquier momento tu madre volvería a abrir la puerta con alguna merienda, tenía fe.
Maira: Debio ser difícil tomarle tanto cariño y luego perderla sin poder hacer nada, no sabías como actuar, lo comprendo.
Stola: Las cosas sucedieron muy rápido para nosotros; hasta hace poco cuando llegó la carta, me detuve a reflexionar y pensar, ¿es esto lo que hubiera querido ella para nuestra hija? Hacerla pasar por lo mismo que pasamos...creo que estuvo mal de mi parte quererte involucrar en tratos del trabajo, no quiero repetir el mismo error ni mucho menos destinar te al final por el cual paso ella. A lo que voy es que, quiero que te cases con la persona que realmente ames, eres libre de enamorarte de quien quieras y hacer una vida a tu gusto.
Maira: (Mi cuerpo está temblando...quiero llorar, porque ahora es cuando estoy aprendiendo cosas que nunca fueron escritas en la novela. El Sr. Stola debió haberse culpado por la muerte de su hija, al punto que se quitó la vida)
Ambos se quedaron en silencio con un doloroso nudo en la garganta, evitando derramar lágrimas frente al otro; incluso en la zona de la pausa, la verdadera Maira quien escuchaba a su padre estaba destrozada en el césped del pequeño terreno llorando ante las declaraciones fuertes, nunca había escuchado cómo se sentía su padre por la muerte de su madre.
Maira: Padre, agradezco tanto que viniera a expresar sus sentimientos ante todo lo que hemos pasado; estoy segura que mi madre ha de estar bastante contenta por tu decisión, igual, estoy feliz de poder tomar mi propio camino.
Stola: Esto es gracias a ti, hija mía, tu eres el fruto que salió de nuestra relación; eres el tesoro más valioso por el cual he trabajado todo este tiempo. Si me permites, debo retirarme, sabes que no me gusta regresar a casa tarde y debo prepararse unos vestidos para un evento noble.
Maira: Gracias por tus palabras, ve con cuidado...(Siempre estuvo encerrado evitando enfrentar su triste realidad, manteniéndose firme a la idea de volver a ver a su esposa y cuando menos lo espero, solo recibió una carta diciendo que estaba enferma, debió ser horrible)
Su padre salió de la habitación, cerrando la puerta con delicadeza e comenzando a caminar por donde había llegado; sin embargo fue detenido por Alexander quien lo esperaba en la salida hacia el jardín, impidiendo le el paso.
Alexander: ¿Puedo saber qué ha platicado, Sr. Stola? No quiero que se filtre información que lo ponga en peligro a usted o su hija.
Stola: Solo platiqué con ella sobre su madre...no tiene de que preocuparse, se cuidar mis palabras y espero que eso mismo sepa hacer, príncipe Alexander.
Alexander: Agradezco que viniera a darle ánimos, también que sea inteligente; escuche que tiene planeado salir a las afueras del reino a un evento, ¿es cierto eso?
Sr. Stola: Así es, se me pidió participar y hacer unos vestidos para la ocasión, ¿cómo sabe eso?
Alexander: Lo adivine, siento decirle que tendrá que faltar a ese evento pero puedo ayudarle a enviar tales vestidos; resulta que quiero darle a mi personal una vestimenta adecuada con lo cual pueda identificar a los míos, de paso pedirle atuendos para Maira, le vi muy feliz con el vestido que le hizo.
Sr. Stola: Ya veo, supongo que si es una orden real no me podré negar a recibir su ayuda e incluso más trabajo; no crea que me agrada príncipe, lo hago por mi hija.
Alexander: Lo sé, agradezco que acepte mi humilde petición. Si me permite debo regresar al trabajo, que tenga buena noche...(No puedo poner en peligro a dos Stola, si se enteran de mis planes podrían jugar en mi contra)
Arrugando el rostro, el padre de Maira se retiro mientras Alexander se dirigía a su habitación para seguir descansando; observando de reojo la puerta de la oficina de Maira, de paso mirar como Nicolás llegaba con una carretilla con comida para ella, había puesto al guardia perfecto para cuidarla.
Fin del capítulo
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Salvando al Protagonista
Fantasy-" Cuando dije que no me gustó el final, no me refería a que tenía uno en mente"- Chwe Seung es una estudiante finalizando la semana de exámenes, sin embargo, por estar distraída leyendo una novela mientras camina por las calles, termina en un trági...