~ఌ︎𝙲𝚑𝚒𝚋𝚒𝚌𝚑𝚞𝚞𝚢𝚊.

974 136 26
                                    

—¿¡EHHHHHH?! ¡¿CHUUYA-SAN SE CONVIRTIÓ EN UN BEBÉ?!

¿Por qué todas estas historias comienzan con un Atsushi gritando o en problemas?

No lo sé.

Ahora, a lo que los ocupa.

Un Chuuya de apenas 3 años miraba con el ceño fruncido al tigre, mientras abrazaba un oso de felpa lleno de vendas.

—Sip~ Akutagawa-kun me pidió que lo cuidara~ —respondió un alegre Dazai.

—Si me lo das, te elogiaré. —dijo el castaño tendiendo ambas manos en espera del niño.

—Por favor, téngalo todo el tiempo que quiera. —y, claro está, Akutagawa era incapaz de negarse a una oferta tan tentadora.

Pero esa verdad sólo la sabría él.

Todo por tener a su tsundere favorito~

Día 1:

—De todos modos, ¿realmente no le desagradas?

Buena pregunta, Tigresa del Oriente.

Chuuya seguía abrazado al peluche y con el ceño fruncido.

—Nah~ Él está secretamente apegado a mí. ¡Ven aquí Chuuya! —canturreó Dazai tendiéndole una mano.

El niño le volteó el rostro.

Pero, al instante, se encontraba abrazado a Dazai con fuerza y alegría.

No, perdón, a una botella de vino que Dazai tenía en la mano.

—¿Ves? —preguntó orgulloso.

«¡¡¡No es a ti a quien esta apegado!!!».

Día 2:

—¿¿¿¿¡¡¡¡Entregarás tu informe de una buena vez, desperdicio de vendajes!!!!???? —gritó Kunikida echando chispas por los ojos.

—Oh~ mira, Chuuya, un monstruo~ —canturreó Dazai poniendo al niño frente a él.

—¡¡¡No lo uses de escudo!!!

Se quedó callado al ver la cara con la que estaba siendo observado. Unos enormes y cristalinos ojos azules le miraban con lástima. Su suave y pequeña manita se posó sobre su pelo, a modo de reconforte.

A Kunikida se le rompió el corazón.

—Lo siento, Dazai es un dolor de trasero —se disculpó con Chuuya. Y, olvidando sus anteriores gritos, cargó al niño —No te preocupes, te criaré sano y salvo.

Dad Kunikida salió a la luz.

—Devuélmelo, Kunikida-kun~

—¡¡¡No te acerques!!!

Día 3:

—Toma, te lo devuelvo.

Después de tres días, Dazai llevaba de vuelta al pelirrojo con Akutagawa.

—De todos modos volverá a la normalidad pronto.

Y dicho esto se volteó con la intención de volver.

—...Dazai.

Se detuvo.

Esa voz...

Actualmente infantil pero que reconocería en cualquier parte.

Chuuya lo había llamado; las primeras palabras desde que se había convertido en un niño.

—No te vayas.

Por primera vez, no deseaba morir.

A la mañana siguiente:

—No recuerdo lo que pasó, pero, ¿Podrías tomarlo de vuelta?

Y ahora era el Chuuya adulto el que había ido a devolver a un Dazai que no se le despegaba de vuelta a la Agencia.

Será mejor que siga sin recordar.


𝓟𝓲𝓮𝓬𝓮𝓼 |ꨄ︎| 𝐒𝐨𝐮𝐤𝐨𝐤𝐮 |ꨄ︎|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora