EL RELOJERO (Historia Kiribaku) (Original)

Año nuevo, vida nueva

-Estoy bien tranquilo... -le dijo a el rubio que se había sentado en una silla.

-Cuando me dijeron que te ingresaron me esperé lo peor -Dijo Bakugo con un tono menos preocupado que antes.- ¿Seguro que estas bien?

-Ya te he dicho que sí... -Dijo el pelirrojo algo sonrojado, le gustaba pasar tiempo con él.

-Vale, iré a por agua ¿quieres algo? -Dijo el rubio.

-Tu corazón -Pensó Kirishima haciendo que su cara pareciese un tomate.

-Eh, ¿pasa algo Eijiro? -Dijo señalándose a si mismo.

-E-eh, no, no. No quiero nada gracias -Dijo algo nervioso

-Vale, ahora vuelvo -Dijo abandonando la sala.

¿Tanto te puedes enamorar de alguien?  vaya, ojala te enamorases tanto de mi -Pensó el pelirrojo-.

Cuando llegó dejó el agua encima de la mesita y siguieron hablando, puede que a nadie le gustase ir a el médico pero en ese momento Kirishima no quería irse de aquel hospital. No sabía en que momento se enamoró pero lo que sabía es que nunca lo dejaría de estar, por muy romantico que sonase eso en su estado de friendzone no es que fuese muy alegre pero estar con el rubio era suficiente para sentir aquellos golpes que provocaba su corazón.

(...)

31 de enero

Aquel treinta y uno nuestro protagonista pasaría la noche vieja con sus amigos pues su familia se iba y la verdad ese año tenía ganas de pasarlo con el rubio, y con ser su amigo le valía. Lo peor fue cuándo repaso todo el año dándose cuenta que desde que lo conoció su orden había cambiado haciendo  que su horario se rompiera y sus días estuvieran llenos de sorpresas.

Si pensaba en todo este año no estaba nada mal, además que por fin había cerrado aquel pasado y su nueva vida estaría mejor de lo que podía haber llegado a creer. Tal vez algún día se atreva a confesarse -ja pero eso era muy imposible ahora mismo- pensó el pelirrojo.

 Su traje de color azul marino, su pelo caído, sus zapatos de color oscuro y sus ojos brillantes ¡un ángel!

Habían quedado para tomar algunas copas en la barra de algún bar en la plaza central.

Una plaza decorada frente a un (muy decorado) ayuntamiento con un reloj en el centro de este que indicaba la hora. Todo el mundo bebía, y puestos vendían bebidas, uvas para tomar en los cuartos y algunas cosas más.

Eran las 11:00, una hora para que fuese año nuevo, y nuestro querido pelirrojo no podía estar más nervioso. Al llegar vio a todos con una sonrisa en sus labios. Mina, Kaminari, Sero, Bakugo y ... ¿Sofía?

-Hola.. -Dijo tomando palabra el pelirrojo no pudiendo evitar aquel sentimiento que se había colocado en su pecho que hacía que se sintiese raro.

-¡Hey Eijiro! -Dijo la pelirrosa abrazándolo por la espalda.

-¿Qué tal? -Dijo Sofía con una sonrisa.

-Bien, ¿y tú? -Pero la chica no pudo responder.

-Llegas un poquito tarde ¿no? -Dijo el rubio riéndose. Bakugo en un traje de color negro, su pelo alborotado por el viento de esa noche fría.

-E-eh, ¡tuve que darle de comer a Shiba! -Dijo poniéndose rojo 

-Bueno, por lo menos no llegaste en el nuevo año -Dijo Kaminari que se reía sin parar (seguramente por las copas que llevaba encima).

-Tomad, fui a comprar uvas. ¡Ah! Kirishima por fin llegaste -Dijo el pelinegro que llegaba con varios platos con uvas que fue repartiendo a todos.

Siguieron hablando hasta que quedaban solo diez minutos para el año nuevo hasta que Bakugo agarró la muñeca de Eijiro con fuerza.

¿E-eh? -Dijo el pelirrojo con un sonrojo debido a el repentino acto

- Vamos acercarnos más -Dijo arrastrándolo entre la multitud hasta perderse en ella, cuando encontraron un sitio para estar se quedaron allí.

-Que bonito... -Dijo mirando al reloj que brillaba al igual que todas las estrellas esparcidas en ese cielo y los colores oscuros del cielo.

-¿Te gusta? -Dijo el rubio-. Es un reloj bastante antiguo, de 1920 o así.

-Guau, se ve estupendo.

-Eso es porque se revisa a menudo, ayer fui a revisarlo yo mismo -Dijo sonriendo.

-¿En serio? -Dijo Kirishima sorprendido

-Claro -Dijo sonriente.

En ese momento un silencio entre los dos que tenían la mirada perdida en el cielo y aquel dorado reloj. Hasta que uno lo decidió romper.

-Oye, ¿Por qué esta Sofía aquí? -Dijo el pelirrojo bajando la mirada y cerrando sus puños con fuerza para que no se notase como temblaban sus manos.

-Es porque quería que estuviera aquí, puede que no seamos pareja ni siquiera nos queramos pero es mi mejor amiga. -Dijo el rubio con un brillo en los ojos que seguían perdidos pero esta vez en el pelirrojo.

-¿Qué soy yo para ti? -Dijo el pelirrojo en un susurro casi inaudible.

-¿Qué? -Dijo el rubio con una expresión de intriga.

-Nada, nada -Dijo sonriendo el pelirrojo y mirándolo. Estaba conforme con estar a su lado, aun que fuesen, eso, solo amigos.

-Bueno, como dicen, año nuevo, vida nueva. -Dijo el rubio mirándolo con esos ojos fuego.-¿Qué te propones para este año nuevo?

-E-eh bueno, creo que ser feliz cada día sin importar que pase -Dijo mirando a los ojos del contrario haciendo que un escalofrío recorriese su espalda.- ¿Y tú?

-Bueno... me gustaría ser más valiente.

-¿Aún más? -Dijo el pelirrojo riendose haciendo que el rubio también lo hiciese.

Entonces, en ese momento empezó, los cuartos y despues de este las 12 campanadas, las 12 uvas.

Una uva, una campanada.

Dos uvas, dos campanadas.

Tres uvas, tres campanadas.

Cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, dies, once y....

¡Feliz año nuevo! -Gritaba la gente y los fuegos artificiales empezaron a verse en el negro cielo haciendo un gran ruido pero nuestro protagonista no podía escuchar esos gritos ni esos estallidos solo su corazón latir junto el del rubio, juntos fundidos en un cariñoso beso que duraría hasta que sus respiraciones no aguantasen y las manos del rubio colocadas cuidadosamente como si de cristal se tratasen en la cintura del contrario se separasen.

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¡No podía aguantar las ganar de escribir este capitulo (un poco corto)!

pero ya sabéis por que ;)

consideradlo como vuestro regalo de Navidad uvu

Estoy expectante de saber vuestras opiniones y preguntas, estaré respondiendo lo que pueda :)

¡Un besito, vuestra navideña mamá!