Entraron los dos en la tienda, Bakugo se acercó a el mostrador y de debajo de él saco una caja. Se la entregó a Kirishima que, al abrirla, pudo ver su reloj en perfecto estado. Se lo puso corriendo.
-¡Esta perfecto, genial! -Dijo mientras le pagaba.
-Gracias a ti por venir, veo que te gusta mucho ese reloj -Dijo mirandolo.
-Sí, fue un regalo. -Dijo sonriendo.
Bakugo miró el reloj que estaba colgado en la pared y luego miró el del brazo del pelirrojo, se acercó a él. Agarró su brazo y ajustó el reloj a la hora correcta.
-Estaba unos minutos atrasados -Dijo mientras levantaba la mirada pudiendo observar la mirada del atento pelirrojo que casi podía sentirse.
-¡Ah! gracias... -Dijo apenado, pues era la hora de decir ádios.
-Vuelve cuando quieras, siempre estaré aquí para lo que quieras.
¿Lo que quisiera? no quería nada de eso, solo quería acercarse a el rubio y abrazarlo. Salió de la tienda y con paso lento se alejó de allí hacía la estación de metro.
(Viernes)
Eijiro salió del trabajo, su mirada era vaga, su cabeza dolía y su ojos estaban adornados con unas ojeras de no haber dormido en días, esa era la verdad de todos modos. Salió tarde por hacer horas extras, eran las ocho de la tarde y la lluvia caía tan fuerte que no se oía nada más. Kirishima suspiró "Supongo que tendré que llamar a un taxi) cuando se decidió a llamar a uno, mientras se resguardaba debajo un toldo, un coche pasó tan rápido que gracias a un charco en el suelo quedó empapado.
-Maldición -Dijo el pelirrojo suspirando, estaba cansado y ahora (encima) empapado.
El coche retrocedió, era un coche caro y blanco, las luces rojas estaban encendidas por el marcha atrás, bajó la ventanilla, y... oh no.
-Lo siento ... ¿¡Kirishima?! -Dijo el rubio que estaba montado en el coche, era Bakugo Katsuki- Wow, tienes una pinta fatal ¿Estás bien?
-Sí... no te preocupes -Dijo el chico mirandolo
-Sube -Dijo el rubio
-¿Eh? -dijo sorprendido el pelirrojo
-Venga, sube, estúpido te vas a mojar más ¡Sube! -Dijo mientras Kirishima entraba en el asiento del copiloto.
Mientras conducía, a un lugar ¿donde? kirishima no lo sabía.
-¿Duermes bien? -Dijo el rubio viendo las ojeras de Kirishima
-No... tengo mucho trabajo... ahhh -dijo suspirando.
-Deberías cuidarte más, te pondrás enfermo
-¿Eh? no pasa nada. Estoy bien -Dijo mirando a la ventanilla, su corazón estaba algo alterado, pero, era lo normal ¿Se estaba el rubio preocupando por él?
-Ya estamos, dijo bajándose del coche, sin notarlo estaban en un garaje.
La cabeza de kirishima daba tantas vueltas que bajó y luego se preguntó.
-Esta no es mi casa.
-Es la mia tonto, entra, vamos.
-De verdad, no hace falta... yo tengo una casa y no quie.... -el pelirrojo fue interrumpido
-¡Callate y entra, te prestaré ropa! ¿o quieres enfermar?
Kirishima entró si rechistar.
No se imaginaba su casa así, era moderna y tenía mucho toque personal (fotos, cuadros, libros...etc) siguió a bakugo hasta el baño.
-D-de verdad que... -Dijo mientras bakugo le daba un pijama y demás
-¡Duchate y calla! -Dijo cerrando la puerta, esto último hizo que el pelirrojo se asustará, aun que, el rubio lo hacía por su bien.
Cuando salió con el pijama se tumbó en la cama que, claramente, era de Bakugo. Se sentía mareado aun que no sabía si era por su estado o por estar con Bakugo.
...
Bakugo entró en la habitación y se encontró a Kirishima tumbado en la cama, dormido, estaba sudando y su cara estaba roja. Se acercó a el y le tocó la frente, estaba ardiendo, más que el sol de verano. "Te lo dije" dijo el rubio luego lo arropó y puso un paño en su frente.
Una hora después Kirishima se despertó, y se asombro al ver que tenía un paño en la frente le recordó cuando estaba en la escuela y se ponía enfermo. Bakugo entró a la habitación y tocó la frente de Kirishima.
-Estas ardiendo -Dijo el rubio, luego, frunció el ceño- Te lo dije, te pondías enfermo: no duermes, no comerás bien seguro y encima empapado.
-Lo ú-ultimo fue tu culpa -Dijo Kirishima que por el toque de bakugo se había puesto nervioso.
-Callate, será mejor que duermas -Dijo Bakugo levantándose y poniendo el paño en su frente.
-Gracias... -Dijo Kirishima ¿Cuándo se habían convertido en cercanos? ¿Lo habían hecho?
-No es nada... -Dijo Katsuki girándose y volviendo al rato con un cuenco con agua para así cambiar el paño cuando se calentara.
-¿Por qué tiemblas? ¿Tienes frío? -Dijo Bakugo acercandose
-N-no... yo... -Dijo Kirishima que se había puesto rojo
-Hazme sitio -Dijo Bakugo.
-¿Eh?
-¡Te dije que me hicieras sitio, tonto! -Dijo frunciendo su ceño
Kirishima se echó a un lado haciendo sitio a el rubio que se tumbó a su lado, Kirishima miraba a la pared intentando dormirse y no pensar mucho, en ese momento Bakugo lo abrazó por la espalda y puso sus manos sobre las suyas.
-¿q-que ha-haces? -Dijo Katsuki, su corazón estaba alterado, ya no se escuchaba la lluvia, solo podía escuchar sus propios latidos.
-Tenías frío ¿no? venga, duermete -Dijo poniendo su cabeza en el hombro de Kirishima.- Yo te protegeré... -Dijo quedándose medio dormido.
¿Como quería que se durmiera si hacía eso haciendo que sus latidos se acelerarán? Si esto era un sueño, que por favor nadie lo despertase... por favor.
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Bueno, tuve tiempo para escribir así que escribí este capítulo (corto) (870 palabras)
espero que os guste, dejad vuestras opiniones :)
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EL RELOJERO (Historia Kiribaku) (Original)
FanfictionEn un mundo donde la tecnología ya domina ¿Quien necesita lo antiguo? ¿Para que un reloj si tienes un móvil? Eso piensan todos, Kirishima un oficinista un día va a arreglar su reloj al único relojero de la ciudad, al llegar a la relojería podrá ver...