EL RELOJERO (Historia Kiribaku) (Original)

Viejo Diario, guarda mis secretos.

Esa tarde fría Kirishima limpiaba su apartamento, limpiaba todo con gran cuidado. Ordenando algunas cosas de hace tiempo en ese momento encontró un baúl el cual estaba demacrado y descolorido . ¿Cuándo había el comprado aquel baúl? lo abrió encontrándose con viejos recuerdos, fotos de sus vacaciones y excursiones con apenas 5 años de edad, una cámara fotográfica que guardaba algunas fotos de su adolescencia y un libro, lo abrió encontrándose con un recuerdo que lo hizo sentir nostálgico, era su viejo diario.

Lo sacudió para que el polvo se fuera, empezó a leerlo, desde su principio aquel 1 de enero que se había decidido comprarlo por que guardaría sus secretos de aquel año que empezaba. Y que no duraría mucho escribiendo.

1 de enero

¡Hola! me llamo Kirishima Eijiro y voy a 3 de la E.S.O o lo que es igual a noveno año. Soy algo tímido pero espero plasmar todos mis sentimientos aquí.

9 de enero

Ah, se me olvido que compré este diario, pero hoy lo encontré. Hoy no he hecho mucho, el frío invierno hace que no quiera salir ni si quiera a el parque.

12 de Enero

¡Hoy fue genial! fui con Mina a el cine a ver una película y después fuimos a vagar por las calles mientras hablábamos, es un poco pesada con el tema de quien me gusta.

16 de Enero

Ah, estoy nervioso, mis amigos me invitaron a salir el viernes que viene a ir a un nuevo restaurante, lo mejor es que vendrá él.

23 de Enero

Se me olvidó escribir anoche, fue genial, me lo pasé muy bien ¿crees que tengo oportunidad en el amor? ah, que digo parezco estúpido hablando con un diario.

26 de Enero

Cada vez creo que me enamoro más y más, Mina no deja de insistirme en que me confiese, pero, el no es que seamos muy amigos... aun que sus amigos sean unos estúpidos y se metan conmigo, el es diferente, lo sé.

5 de Febrero.

Lo voy a hacer, ¿no pierdo nada ¿no? deséame suerte!

11 de Febrero.

Suerte! Suerte! Suerte!

16 de Febrero

Soy un estúpido

20 de Febrero

Mina dice que es mejor que hable de ello, pero no quiero hablar con nadie, no tengo fuerzas para hacerlo, no, no ,no. Pero bueno... esto no es hablar. Espero que aquella persona que lo leea me guarde mi secreto.

Me confesé el 14 de Febrero ¿Romántico verdad? llegué a aquella zona, estaba desierta, solo el y yo, pero una chica vino corriendo también. Los dos nos miramos, parece que ella también a confesar, los dos lo hicimos a la vez ¿Quién ganaría? pero en la guerra y en el amor todo vale, y, bueno, nadie gano. Se empezó a reír.

Antes su risa me parecía de los ángeles, ahora era el de un payaso. Antes su sonrisa me parecía resplandeciente ahora era la de un estúpido. Antes te quería ahora ya no.

La pobre chica había llevado con todo su amor una tarta hecha con todo el amor, el la cogió y no tuvo mejor idea que estamparla contra la chica, pero me interpuse. La chica me lo agradeció. No quería que sufriera como yo sufría todos los días, no quería que esa pobre chica sintiese esa humillación, yo ya estaba acostumbrado, sus risas que se clavan como cuchillos es normal para mí.

Me levanté y observe su mirada de odio, profundo odio. Me llene de aquel odio, era un estúpido, el amor real no existe, aquellos cuentos de hadas MENTIRA, aquellos besos que son capaces de transferir MENTIRA. ¡Juro no volver a enamorarme, nunca, nunca, nunca más!

Me levanté, cerré mi puño. Y, eso fue gracioso, le pegue un puñetazo, su cara estaba llena de sangre. El odio que sentía por el por jugar conmigo, por hacerme quererlo, su perfecta cara la iba a destrozar, quebrarla. Me detuve solo por la chica que gritaba que parase. Me levante, su cara llena de sangre ya no era perfecta, ni hermosa, mi mano ahora estaba llena de su sangre. Corrí, como el viento en una pradera, volé como un pájaro. Cuando llegué a mi casa mi cara también estaba para el arrastre debido a que se había defendido. Lo peor es que no podía dejar mi cara llena de aquel dolor al igual que mi corazón.

Lo peor es que sabía que cuando fuese a la escuela aquella cara se iba a repetir día sí y día también. Pero no me arrepentía de haber defendido a aquella chica, ni de haberle pegado, ni siquiera de tener aquella cara.

Solo mientes.