A solo un centímetro del cielo

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El corazón del pelirrojo dio un vuelco, allí, en la entrada de la casa del rubio. El frío se alejó, no supo que decir hasta que Katuski se alejó y sus ojos rojizos observaban los suyos. Sus mejillas estaban de un color rojizo al igual que sus labios un poco agrietados por el frío.

-Hace frío, entra -Dijo Bakugo entrando, Kirishima solo se limitó a hacer lo mismo. Al entrar vio aquella casa, aun que parecía más descuidada. Él se sentó en el sofá y el rubio volvió con un café para su acompañante.

-No hace falta -Dijo el pelirrojo

-Bueno, es un agradecimiento por venir -Dijo con una sonrisa.

-¿Qué tal sobre... bueno, ya sabes? -Dijo Kirishima mirando de reojo a Bakugo

-Supongo que mejor, creo que no debí darle esperanzas... -Dijo con la mirada perdida, esa mirada fogosa.

-Pero, no es tú culpa, ella cortó contigo -Dijo Eijiro dejándose caer en el sofá.

-Toda la culpa es mía, lo dejamos porque lo empezamos...

Aquellas palabras confundieron a el pelirrojo que lo miraba intentando buscar algo en su expresión que fuese más aclaratorio. Pero, en ese momento el rubio le contó todo lo sucedido, aquella tarde.

|Flashback|

Llegué allí, él como siempre estaba tan hermoso. Pero, era hora de cortar esta falsa. Esto no era amor.

-¡Hola amor! -Dijo él con su pelo rubio alzándose por el viento.- ¿De qué querías hablar?

-Bakugo.. yo, lo siento pero no podemos seguir esto -Al decir esto sus ojos se entristecieron.

-¿esto?

-Lo nuestro, se que no me quieres, no tienes que fingir -Dije con una sonrisa, no quería romper aquella amistad que tuvimos desde hace mucho tiempo.

Lo sé, confundimos el amor con amistad, y creo que simplemente me aceptó por no querer herirme pero, al ver aquella mirada de amor, me dí cuenta que no podía seguir aferrándome a un clavo ardiente, necesitaba, necesitábamos ser libres, aun que nos tomásemos de la mano, nuestros corazones latían para otra persona ¿a que no me equivoco Katsuki?

-Pero... -Dijo apenado el rubio.

-Katuski, te conozco desde hace mucho tiempo, sé que tú corazón no dejó de latir por aquella persona, porque no simplemente te rindes a tu corazón.

Vaya, el invierno se había vuelto más frío de repente, como el polo sur. Con un abrazo rompimos aquello que nosotros forjamos por necesidad o solo por obligación.

-Animo, estaré ahí para lo que necesites -Dije con mi voz algo apenada, pero, aquello era lo que tenía que hacer, puede que yo lo ame, pero él no a mi, y yo quiero verlo feliz con aquella persona especial que hace que te desveles, que te muerdas las uñas y que pases tardes en las nubes.

|Fin|

-Vaya, lo siento Bakugo -Dijo Kirishima acercándose a él.

-No lo sientas, no es tu culpa -Dijo girándose mirándose entre sí, sus respiraciones eran lo único que se podía oír. Se acercaron uno al otro, sus caras cada vez estaban más cerca una de la otra, el corazón de nuestro protagonista empezó a acelerarse solo con notar que Bakugo puso una mano en su nuca para acercarlo más. Kirishima puso sus brazos alrededor del cuello de el rubio. Aquel momento, sus corazones iban en un mismo latido, de repente y sin previo sonó la puerta alertando a los dos que se quedaron a pocos centímetros, el rubio se levantó y abrió la puerta.

-Primo, te traje algunas cosas para que así nos animemos, ya sabes que yo soy toda una gurú en el amor  -Dijo la rubia al otro lado de la puerta ya abierta, entró como un rayo y se sorprendio al ver a Kirishima de pie mirando la escena.

-Oh, hola Kirishima -Dijo algo cortada, parecía que se dio cuenta de que no era el mejor lado.- Perdón no sabía que tenías visita primo -Dijo mirando a Bakugo que estaba alado suya.

-No pasa nada, yo ya me iba -Dijo Kirishima con sus mejillas ardiente dirigiéndose a la puerta.

-Oye, quédate -Dijo Bakugo agarrándole de la muñeca haciendo que se girase. 

Y claro que quería quedarse, pero sentía que si estaba otra vez alado de el rubio su corazón iba a estallar en mil pedazos.

-Eso, quédate! -Dijo Sofía más alegre que una perdiz.

-E-eh... bueno -Dijo asintiendo con la cabeza

-¡Genial! ¿Que tal si jugamos al "Mario Party"? 

-Venga, juguemos -Dijo el rubio que se giró para ver la cara del pelirrojo que parecía un tomate, sonrío algo pícaro.

Así quedo la noche, aquella tranquila noche donde Kirishima había sentido que había estado a solo un centímetro del cielo.





EL RELOJERO (Historia Kiribaku) (Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora